Valoraciones de José Martí sobre José Joaquín Tejada

4 de diciembre de 2015

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Víctor Pérez-Galdós Ortíz

 

José Martí hizo referencia al destacado pintor cubano, paisajista por excelencia, José Joaquín Tejada Revilla, en un trabajo que publicó en el periódico Patria en la edición correspondiente al 8 de diciembre de 1894.
Comenzó ese trabajo señalando: “Pocas dichas hay como la de hallar mérito superior en un hombre que ha nacido en nuestra tierra, porque el placer de amar el mérito es más vivo cuando nos viene de quien padece de nuestra propia humillación, y con su valer nos la levanta y redime.”
Martí exaltó la gran labor de Tejada y afirmó que el pintor nuevo de Cuba “si va a Barcelona, no pinta ocios o tentaciones, que son útil lisonja al vicio, pródigo con quien la cosquillea y excusa, sino la gente triste de la ciudad, de blusa o capa ruin, o de pañuelo y cesta, que en el azar de un sorteo busca alivio a su vida áspera y ansiosa”.
Y agregó seguidamente: “…de Cuba pinta a un negro, roto avinado, a otro de África, cano y nudoso, y de ojos como iracundos y proféticos: y si copia un paisaje criollo, de la naturaleza abandonada es, con la luz rica perdida en el jardín deshecho, y la casa y la casa desierta y miserable”.
José Joaquín Tejada había nacido en Santiago de Cuba el 6 de septiembre de 1867 y desde la etapa de su adolescencia evidenció su afición precoz por la pintura ya que solía copiar litografías de su abuelo, Don Joaquín de Mata y Tejada, uno de los pioneros del grabado cubano.
Muy joven obtuvo una beca del Ayuntamiento de Santiago de Cuba y después viajó a España primero, a Italia, Francia y Holanda después. Más tarde visitó los Estados Unidos de América y expuso sus cuadros en Nueva York.
Precisamente Martí trató con respecto a este pintor cubano en ocasión de la exhibición de obras suyas en dicha ciudad norteamericana, y de manera especial su más relevante cuadro el titulado “La lista de la Loteria”, también conocido como “La confronta”.
Con respecto a tres de las obras de Tejada, Martí expresó: “Uno es el cuadro, de beldad desolada, de las Bocas del Toro; otro, el negro, de pecho abierto, rostro apretado y sombrero de yarey; otro, es la obra mayor: “La lista de la Lotería”. En él esta, humanitario y robusto, el pintor nuevo de Cuba. Y desde se puede ya decir: su nombre será gloria”.
“La lista de la Lotería”, fue la producción cumbre del paisajista santiaguero José Joaquin Tejada. Este cuadro le mereció el segundo Premio en un concurso realizado en Barcelona, España, en el año 1893. Es un cuadro de grandes dimensiones.
Es un óleo sobre lienzo cuya magnitud alcanza los 265 por 193 centímetros. Se localiza en la actualidad en el Museo Bacardí en la ciudad de Santiago de Cuba.
Y en relación con dicha obra Martí también manifestó en el trabajo publicado en el periódico Patria el 8 de diciembre de 1894 con el título Joaquín Tejada, el pintor cubano y su cuadro “La lista de la Lotería”:

 

 
“Por el aire fresco y libre, por el color ameno y natural, por la soltura y propósito de los detalles, con ser todos de mérito saliente, es menos notable el vasto cuadro que por la piedad y sentido de las figuras, en que el artista adivino pone la historia toda, agitada o sumisa, y el carácter típico de cada variedad social, y por la gracia y levedad de la obra entera, y la elegancia con que, sobre una esquina cubierta de elocuentes carteles, agrupa los personajes vulgares.”
Agregó que el grupo curioso ve los billetes en la lista de la pared y que el mozo de cordel, con las cuerdas por los muslos, nervudos y caídos del trabajo, y el chaleco alón, y la barretina por la espalda, tiene el dedo rígido sobre su número feliz. Precisó igualmente que a la modista se le ve la lozanía por las ropas dóciles, y la salud del cabello, enroscado a la nuca y que el estudiante es lampiño y de cepa catalana, que desea y arriba mientras que el empleado pálido empina el triste hongo y que a la cadera del blusón tiene la mano el aprendiz irreverente.
Martí se refirió a otros detalles de la obra de Tejada y al exponer consideraciones generales sobre su labor como creador expuso en la parte final del trabajo que elaboró en torno a ese artista cubano: “Sacar de sí el mensaje natural es la obra del artista, y ver con sus propios ojos, que es fuerza a que aun los hombres de sumo valer suelen llegar tarde en la vida, por lo falso y ajeno de la educación artificial con que los vendan, y a que Joaquín Tejada ha llegado temprano”.
Y aseguró: “Y de otro peligro se salvó. Tejada ya, y es el de la inmodestia, compañera segura del mérito inferior, que en él no aparece, porque es como quien peca con vivir, y tiene a la vez la fe creadora y la saludable duda de cuanto hace. Ámese, puesto que ama al hombre, al artista nuevo de Cuba, al que padece de la pena humana, y no tiene pinceles para los vanos y culpables de la tierra, sino para los adoloridos y creadores”.