¡Cuidado! La adicción acecha
19 de noviembre de 2015
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Emplear 4 000 millones de dólares anuales en propaganda no es una cuestión de juego, pero Coca-Cola lo hace dentro de un plan de conquista del mundo, que en estos últimos tiempos se está centrando en Europa, donde la competencia es más fuerte.
La centenaria marca de refresco con sede en Atlanta ha emprendido una carrera de fusiones que ha dejado su marca en miles de despidos.
Tal situación la ha afrontado España desde hace un par de años, con el beneplácito oficial y poca defensa ante los grandes magnates industriales.
Cuenta una representante sindical española que dejarse escuchar por el jefe de la compañía era toda una odisea.
“Entrevistarse con Muhtar Kent es como hablar con Dios, o con el jefe de Dios”, narra antes de añadir que iba petrificada como una piedra. Le dejaron acceder al interior de la sala en Atlanta y le otorgaron tres minutos para preguntar. “Aproveché para lanzarle un dardo. Se tiró 20 minutos contestando”, recuerda en relación a la intervención, que le costó el veto para volver a asistir a uno de esos encuentros.
El empresario norteamericano relató el proyecto que tenía reservado para la expansión mundial y que anticipaban los posteriores despidos. “Estados Unidos tiene que jugar un gran papel en la búsqueda de soluciones en una crisis de índole mundial. Por eso hay que prepararse”, aseguró en relación al Plan 2020, año en el que Kent preveía “el equilibrio del mundo”.
En lo que concierne a España, ya desde el pasado año la empresa cerró las plantas en Alicante, Asturias y Mallorca. “Nos van a matar. De verdad, ni un solo día tranquilos”, señala Gema Gil, esposa de uno de los trabajadores que ha perdido la voz protestando en la Calle del Sol. Es uno de los 325 empleados despedidos de la fábrica más combativa de España, la de Fuenlabrada. Para readmitirlos era necesario que Coca-Cola volviera a producir refrescos en Madrid. Nunca lo hará.
Popular es, sin dudas
La marca de refresco emblemática de Estados Unidos es muy popular entre quienes han logrado acceder a ella, y en esto juega la adicción, algo que produce realmente daño al organismo.
Si se deja de beber es complicado, porque siempre está el deseo de tomar “solo un poco”. Pero pasado el periodo de abstinencia ya no se puede volver atrás. El sabor ya no resulta tan agradable, y es en ese momento cuando por fin te liberas de la necesidad de consumir Coca-Cola
Gente que toma esta bebida sin ningún tipo de control, cuando no la tienen cerca, se vuelven irritables. Un claro síntoma de dependencia psicológica a este producto, que, ayudada por la enorme maquina publicitaria, ya está totalmente incorporada en el imaginario colectivo. Cualquier voz que advierta sobre los efectos altamente nocivos para el organismo, queda desacreditada, o es minimizada en extremo.
Para tener una idea de la magnitud del daño que provoca la ingesta habitual de esta bebida, es útil mencionar algunos de los compuestos que se encuentran presentes en ella.
Una de las sustancias más conocidas por la población y que está presente en la Coca-Cola, es el azúcar refinado.
Una lata de Coca-Cola contiene unas diez cucharillas de azúcar. Eso es una cantidad muy grande y perjudicial para un niño. La OMS (Organización Mundial de la Salud), intentó emitir un informe donde se advierte de los peligros graves del consumo excesivo, pero la amenazaron con quitarle los subsidios.
Estos azúcares no son como los naturales, ya que no aportan mayores nutrientes, sino que sustraen vitaminas del grupo B y ácido fólico.
Otra de las sustancias presentes en la Coca-Cola es la cafeína, mayor a lo recomendable, ya que es uno de los más poderosos psicoestimulantes y puede crear rápidamente adicción. Aumenta el estado de vigilia, la capacidad de esfuerzo físico, el ritmo cardíaco, la vasodilatación periférica, la secreción de ácido gástrico y la diuresis. La suma de todos los ingredientes, más las altas concentraciones contenidas en esta bebida, pueden producir intranquilidad, ansiedad, depresión, temblores, dificultades para dormir y confusión mental.
También encontramos la teobromina, que produce efecto de dependencia.
Otra de las sustancias perjudiciales presentes en la Coca-Cola, es el ácido fosfórico, altamente corrosivo, debido a que tiene gran capacidad para disolver sales como el calcio, magnesio, sodio y otros. Este ácido de origen químico se usa por su bajo costo principalmente, y porque puede conservar de mejor forma los ingredientes de la mezcla. Sin embargo, puede producir desmineralización del cuerpo y dañar la dentadura.
También se usa el Ciclamato, que la OMS ha ligado al potencial riesgo de contraer cáncer, entre otras patologías.
Judith Rappaport, funcionaria del Instituto Nacional de Salud Mental de EE.UU., comprobó y denunció que el consumo de Coca-Cola o Pepsi-Cola ocasiona en los niños de corta edad un estado de agitación excesiva, y una actividad mayor a la normal, además de demostrarse que los pacientes con úlcera de estómago consumían mucho más bebidas dulces que el resto de las personas controladas.
La inminente llegada del producto insignia estadounidense al mercado interno cubano es una consecuencia de los cambios a partir del inicio de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, y en ello labora FEMSA (Fomento Económico Mexicano) una compañía nacida en 1890, presente en 11 naciones y la principal embotelladora de la multinacional en el mundo.
Hasta el momento Coca-Cola llega a la Isla a través de terceros países y se expende solo en hoteles y algunos mercados, a precios elevados.
Personalmente, aconsejo, sin tener que acudir a facultativos, que cuando sientan grandes deseos de consumir Coca-Cola u otro refresco similar, beban agua, que permite calmar la sed y ayuda a desintoxicar. Así, no habrá descuido cuando la adicción aceche.
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