Festival Mozart Habana 2015: donde el talento joven enfrenta retos

22 de octubre de 2015

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Ofelia Sandar Valles

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Cuba, Cultura, Festival Mozart Habana 2015, Música

 

El joven violinista cubano Braulio Labañino, concertino de la orquesta del Instituto Superior de Arte, adjunta al Lyceum Mozartiano de La Habana, quizás no se imaginó que en este Festival Mozart Habana 2015 compartiría escenario con excelentes músicos franceses, el violinista Renaud Capuzón y el violista Gérard Caussé, así como el cellista austriaco Clemens Hagen.
Del reto al que se enfrentó nos cuenta: “Fue una experiencia maravillosa compartir con estos músicos de tan alto nivel. Esta es la segunda vez que vienen a Cuba pero en la oportunidad anterior interpreté obras con ellos desde la orquesta y, lo peculiar de esta ocasión es que estuve haciendo música de cámara como solista. Sin dudas, la experiencia es distinta.
”Imagínate que solo fueron dos ensayos, algo que me tenía nervioso porque nosotros no estamos acostumbrados a prepararnos en tan poco tiempo. Entonces, una vez que ensayamos la música ya estaba lista y salimos precisamente a eso, a dar música a las personas que querían escuchar y en realidad fue extraordinario no solo para mí; supongo que también para el público que colmó la sala durante el concierto. Hacer música es lo que más disfruto y si es de cámara mejor”.

 

¿En el momento ya de interpretar las obras no te sentiste nervioso en ningún momento, sobre todo, por la exquisitez de estos profesores?
Imagínate, cuando me dijeron que tenía que tocar con Capuzón no lo podía creer pero me dije, si es así vamos adelante y me preparé lo mejor que pude; de todos modos, sabes que cuando llega ese momento te tiemblan las piernas pero sales al escenario a darlo todo y fue lindo porque, además de ser buenos músicos, son buenas personas y buenos amigos. No solo Capuzón, está también Caussé, excelente violista, y Hagen, maravilloso cellista. No me canso de decirlo fue muy lindo y muy grato.

 

¿Cómo valoras el Festival en estas jornadas que se han realizado?
En primer lugar, la idea de la creación del Lyceum Mozartiano en La Habana es extraordinaria, una iniciativa que convoca a los jóvenes talentos a unirse en una orquesta-escuela a aprender disciplinas diferentes y esa sola idea – que lleva años ya en desarrollo – para mí es muy buena.
El Festival es como la culminación de una primera fase donde hemos podido apreciar resultados muy buenos de la orquesta. Y me parece que seguirá creciendo este evento en repertorios, y de esa manera abrir sus puertas a todo tipo de música, aunque lo que prime sea la obra de Mozart.

 

Tienes una responsabilidad muy grande en la orquesta, ¿cómo lo logras?
Sí, soy el concertino de la agrupación, tarea que me ha tocado y, créeme, no es muy fácil; represento a toda la orquesta desde el punto de vista musical. Unir tantas mentes para un final único es muy difícil y también soy el puente entre el director y la orquesta. Es complicado; no te voy a decir que no son muchos músicos; a veces la orquesta llega a los 60 integrantes o más, según el repertorio.

 

 

 

Hay algo que también pasa en la orquesta, y es la entrada y salida de los músicos….
Eso es posiblemente lo más complicado, pero pienso que desde mi posición lo más importante es la flexibilidad que uno puede tener ante todo director, ante todo músico, porque hay que ser muy versátil para lograr este lazo entre el conductor o el solista; es lo más importante, si se logra ya está.

 

Ya se acerca la clausura del Festival Mozart Habana, prevista para el sábado 24 en el Teatro Martí, en la que la orquesta-escuela participará. ¿Cómo se preparan para ello teniendo en cuenta que el eminente clarinetista francés Florent House se presentará como solista?
Créeme que no lo conocía, pero el maestro Caussé me comentó que es de lo mejor, y tenerlo a él con nosotros será muy lindo. También estaremos bajo la batuta del violinista Walter Reiter con el que sí hemos compartido en el escenario y hemos aprendido mucho de él; sobre todo, en la interpretación de la música de Mozart.
Será en el Martí, que a pesar de tener una acústica embarazosa para nosotros, nos preparamos para hacerlo lo mejor posible para ese público que nos va a escuchar.