La cultura: alma del desarrollo comunitario

10 de octubre de 2015

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Ana Lidia García Hernández.

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Arte, Cuba, Cultura, Oficina del Historiador de La Habana

 

 

El Foro Itinerante de Arte Urbano (FIAU), que revoluciona el barrio Santo Ángel de La Habana Vieja, fue el escenario escogido para desarrollar el IV Taller de Manejo y Gestión barrial, organizado este viernes 9 de octubre por el proyecto comunitario ArteCorte y el Plan Maestro de la Oficina del Historiador de La Habana. Como en las ediciones anteriores, se reunieron en el Bar Cabaña de esta localidad, diversos actores involucrados con el desarrollo del territorio: vecinos, trabajadores por cuenta propia, delegados de las circunscripciones, representantes de instituciones estatales e investigadores. Dicha iniciativa forma parte del del proyecto “Gestión participativa local en la rehabilitación del Centro Histórico de La Habana”, apoyado por la Agencia Suiza para el desarrollo y la Cooperación (COSUDE).

 
La cultura como motor para impulsar la prosperidad fue el eje articulador de las presentaciones y del debate. En ese sentido, una vez más sorprendieron al público los logros de ArteCorte, que surgió por iniciativa del estilista Gilberto Valladares, conocido como Papito, quien comprendió la importancia de revertir parte de las ganancias de su salón de belleza en la reanimación cultural y social de la cuadra donde creció. Hoy el Callejón de los Peluqueros, ubicado en Aguiar entre Peña Pobre y Avenida de las Misiones, es un lugar que todos quieren conocer.

 
Allí funciona una Escuela-Taller de Peluquería y Barbería donde aprenden el oficio jóvenes de la comunidad y de otros municipios de la ciudad. En un inicio se matricularon muchachas y muchachos desvinculados del trabajo y el estudio que encontraron un camino para crecer como individuos y aportar a la sociedad, en la actualidad se realizan talleres con otros tipos de público como adolescentes. Recientemente, comenzó una experiencia muy novedosa y humanitaria con afiliados de la Asociación Nacional de Sordos de Cuba (ANSOC), que han quedado fascinados con este mundo y lo han convertido en el centro de su proyecto de vida. Además, con el paso de los años, el sitio ha comenzado a ser sede de talleres de artes plásticas y arqueología, como muestra de las sinergias que se van creando.

 

Camilo Condis, asesor de ArteCorte, se refirió durante el intercambio a la diversidad de actividades recreativas que organiza el proyecto en el Santo Ángel, encaminadas a rescatar las tradiciones de un barrio rico en historia. El apoyo a los adultos mayores y en especial a la Casa de Abuelos “Nueva vida”, fue otro de los elementos destacados.

 
Bares, restaurantes, galerías de arte, una tienda de confecciones textiles, el salón de belleza de Papito y otros negocios, confluyen en estos 100 metros de distancia. “Aunque muchos propietarios han llegado solo con la idea de prosperar económicamente”, ha relatado el líder en otras ocasiones, luego han comprendido la relevancia de contribuir con el entorno. De esta forma, no solo dan su aporte para emplear a vecinos que mantienen limpio el lugar, lo cuidan y riegan las plantas, sino que también se involucran con las acciones culturales.

 

El Foro Itinerante de Arte Urbano, que comenzó en esta localidad desde el 5 de octubre, ha sido un ejemplo de ello. En este caso, el grupo Gigantería, que organizó el evento para celebrar su decimoquinto aniversario, entendió las potencialidades de tomar al barrio Santo Ángel como sede, teniendo en cuenta toda la labor comunitaria que se ha desarrollado allí y la manera en que los diversos sectores están comprometidos con la colectividad. Fue así como el amplio programa de intervenciones en espacios públicos conformado por conciertos, jornadas de graffiti, exposiciones, carreras de estatuas vivientes, presentaciones de teatro, fue concebido desde las propias cotidianidades de los habitantes.

 
“Convocamos a los artistas a crear desde las dinámicas barriales y desde los imaginarios de las personas que aquí viven”, explicó durante su presentación la joven teatróloga María Victoria Ballester, productora de Gigantería y directora de FIAU. Ejemplo de cómo se vinculan los cuentapropistas con lo que acontece, ha sido la participación de miembros de la familia del destacado cineasta Humberto Solás. El Café de los Artistas, propiedad de Luis Carlos Benvenuto, uno de sus sobrinos, organizó la exposición “Imágenes de vida”, dedicada al director del reconocido filme cubano “Miel para Ochún”.

 

Durante el IV Taller de Manejo y Gestión barrial se conoció también la experiencia del Grupo de Arqueología Creativa, perteneciente a la Cátedra Emilio Roig, del Colegio Universitario San Gerónimo de La Habana. El profesor Michael Sánchez, su coordinador, comentó que el objetivo de esta iniciativa es la investigación, conservación y difusión del patrimonio arqueológico a partir de propuestas innovadoras y de impacto social. Asimismo, se refirió a la necesidad de comprender sus potencialidades educativas, económicas, de cohesión comunitaria y reforzamiento de la identidad.

 

Entre otros ejemplos, Sánchez se refirió a los talleres que realiza el Grupo en el proyecto ArteCorte,donde se transmiten los conocimientos relacionados con esta ciencia a adolescentes. Por su parte, la estudiante Elizabeth Marrero presentó un material audiovisual de su autoría, en el cual se muestran diferentes lugares de la comunidad donde se pueden adquirir nociones sobre el pasado a través de las huellas arqueológicas como la Iglesia del Santo Ángel Custodio o estudio-galerías de artistas de la plástica, donde pueden encontrarse evidencias históricas de las construcciones.

 
Más adelante, los artistas Luis López y Alejandro Alejo del proyecto Transformarte, expusieron un proyecto de rehabilitación cultural de la Casa de los Abuelos “Nueva vida”, a través del cual proponen poner en uso áreas del inmueble que actualmente no se utilizan y convertirlos en locales creativos que beneficien el desarrollo de la comunidad.

 

Asimismo, se escuchó la iniciativa de Adriana Toirac y Lionel Delgado relacionada con la recuperación del edificio # 58 de la calle Cuba. Según explicaron, en conjunto con el reconocido chef Luis Barthes, se piensa crear un bar-restaurante que además funcione como una especie de centro cultural, con la realización de talleres y actividades donde confluyan el arte y la culinaria.

 

“Qué bueno que cada vez se sumen más personas y que los contagiemos con nuestras ganas de hacer. Las alianzas son muy importantes porque nos permiten crecer. El objetivo de cada uno de nosotros es que nuestro barrio sea próspero en todos los ámbitos”, expresó Papito quien además dijo sentirse muy feliz por la diversidad de asistentes al intercambio.

 
La directora del Plan Maestro, Patricia Rodríguez Alomá, resaltó la relevancia de iniciativas como las que se desarrollan en la localidad del Santo Ángel, pues es pertinente que todos los actores se aúnen: las instituciones, los líderes formales y los naturales: “Es la mejor vía para que la ciudad prospere. Podemos crear ciertas condiciones para el desarrollo, pero se logran resultados a más corto plazo si las fuerzas vivas, las de los barrios, se suman a la labor rehabilitadora. Además, nos complace saber que el modelo de gestión que ha puesto en práctica la Oficina del Historiador,se imita a nivel micro, que los recursos que se obtienen a través del turismo se pongan en función de la sociedad”.

 

Finalmente, Rodríguez Alomá resaltó la necesidad de darle mayor visibilidad al trabajador por cuenta propia que se está consolidando en esta zona de La Habana, “propietarios capaces de comprometerse con su sociedad y ayudar al mejoramiento de su entorno, personas que incluso forma a su competencia porque no tienen la mentalidad individualista que prolifera en una sociedad capitalista”.

 
El fenómeno de integración de los diversos actores en función del bien colectivo que ocurre en el barrio Santo Ángel cada vez gana más adeptos. El sueño de Papito que comenzó a hacerse realidad en un callejón oscuro y olvidado, hoy invita y suma a cuantos se le acercan.