Un poco de historia (V)
28 de agosto de 2015
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Antes de iniciar la información referida al periodo conocido como Barroco, debo aclarar dos cosas importantes: en primer lugar, que el surgimiento de una etapa histórica en el arte no significa ruptura total con la anterior sino continuidad; lo que sucede es que el desarrollo y evolución van dando lugar a nuevos conceptos que llegan a convertirse en los más relevantes. Otra aclaración necesaria es que las características de un período no son iguales en todas las artes, y un ejemplo de ello lo vemos en el exceso de ornamentos y curvas propios de la arquitectura que prevaleció en la Alemania de los siglos XVII y XVIII, cuando en la música esto no sucedía. Luego de este preámbulo, comienzo la información referida al Barroco musical.
Para el comienzo de este período se toma el año 1600, fecha en que se escribió la primera ópera que se conserva, “Eurídice”, de J. Peri; para el final, el 1750, cuando muere J. S. Bach. Pero como ya usted sabe que un nuevo período no significa ruptura con el anterior sino continuidad, los cambios comenzaron a evidenciarse desde el siglo XVI, en lo que mucho tuvo que ver el denominado humanismo, cuya doctrina defendía la individualidad, y la subordinación de la música al texto, idea que fue rechazada por los compositores aunque, finalmente, tuvieron que aceptar el criterio de que “las palabras no son un simple soporte de la música, porque ellas transmiten emociones”, y crear una sola línea melódica con acompañamiento armónico. Así surgió la homofonía.
Como todos conocen, los reyes, los aristócratas y la Iglesia (mecenas) eran quienes propiciaban el desarrollo de las artes, y los músicos estaban a su servicio. En el caso de los compositores, debían crear obras por encargo; sin embargo, eso no impidió que surgieran partituras excelentes como “Orfeo”, de Monteverdi, solicitada para las fiestas de Carnaval de Mantua; las óperas y ballets que escribió Lully para entretener a Luis XIV y
“La Pasión según San Mateo”, de J. S. Bach, considerada una obra maestra.
El principio básico de la música durante el período Barroco fue el bajo continuo o cifrado, el cual consistía en cifras escritas debajo de la línea melódica, para indicar al intérprete de instrumentos de teclado la armonía que debía utilizar. Este principio se aplicó a las primeras óperas, género que alcanzó la cima al abrirse el primer teatro de ópera en Venecia, en 1637: “San Casiano”, el cual propició el dominio del aria sobre el recitativo, algo que permitía a los cantantes exhibir sus cualidades, a través de acrobacias vocales; y este virtuosismo se extendió después a los instrumentistas. Fue en este período cuando surgió el culto al solista y el bel canto.
En mi próximo comentario hablaré de los géneros musicales, compositores, y otros aspectos importantes que caracterizaron el Barroco musical.
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