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Sonja Henie

22 de mayo de 2015

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sonja-henie-in-the-hollywood-ice-revue-everettEsta es una historia de la época en que el maravilloso espectáculo del patinaje artístico sobre hielo dejó de ser privativo de las regiones frías y bajó al trópico. En ello mucho tuvo que ver el desarrollo tecnológico, aunque también mucho el destaque y la personalidad de una patinadora famosa: Sonja Henie.
De la deportista noruega llegaron primero sus triunfos olímpicos en 1928, 1932 y 1936, con tres medallas de oro en dichas citas y 10 campeonatos mundiales conquistados entre 1927 y 1936, cuando Sonja Henie dejó el deporte amateur para hacerse profesional del espectáculo al que había consagrado su talento.
Entonces llegaron sus filmes, en los que deleitaba a conocedores y profanos con evoluciones de gran complejidad sobre la pista helada. De manera que cuando se anunciaron sus presentaciones en vivo en La Habana, muchos no podían creerlo. Sonja Henie, la más famosa de las patinadoras artísticas en el mundo, llegó con su compañía de 150 artistas para desarrollar sus actuaciones en la pista preparada para tales efectos en el teatro Blanquita, que hoy lleva el nombre de Karl Marx.
A su arribo el 28 de marzo de 1952, la esperaban los periodistas. Miss Henie les contó de sus jornadas en el amateurismo y de las tentadoras ofertas que la decidieron a convertirse en figura estelar del show sobre hielo de Madison Square Garden, en Nueva York. El technicolor, por su parte, la universalizó en las cintas de celuloide.
Se hospedó en el Hotel Nacional, que ella consideró muy costoso, y que la obligó a buscar un apartamento más económico. El domingo 30 de marzo se presentó en el Parque de Diversiones –antiguo Coney Island- de Miramar, en tanto el debut en el teatro Blanquita fue el sábado 12 de abril.
La estrella exhibió su virtuosismo acostumbrado, la profesionalidad y el sentido de la responsabilidad de una artista en plena madurez. A la prensa se permitió hacer estas declaraciones:
– Sobre mi show no puedo opinar, comentó, pero Sonja Henie nunca ha significado fracaso, sino triunfo.
De carácter decidido (pudiera parecernos, por su declaración anterior, hasta un poco autosuficiente), Sonja marchó de Cuba con una sonrisa de satisfacción.
Fue ella, además, mujer con dotes de empresaria a quien el éxito siempre la acompañó. Sonja Henie nació el 8 de abril de 1912 y murió el 12 de octubre de 1969, en vuelo entre París y Oslo.
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