EE.UU.: se derrumba el mito de los “derechos humanos”
19 de mayo de 2015
|Uno de los alegatos con mayor frecuencia utilizados por las llamadas “potencias occidentales” para amenazar, chantajear o finalmente intervenir militarmente si es preciso en los países del Tercer Mundo cuyos gobiernos se muestran reacios a seguir los dictados imperiales -muy especialmente si se trata de Estados Unidos-, es el que, convertido en mito socorrido cuando les conviene, concierne al tema de los “derechos humanos”.
Utilizado de manera arbitraria y selectiva, sin distinguir entre unos y otros ni entre sus diferentes formas o magnitudes de violación si esta fuera cierta, Washington y sus socios más cercanos ejercieron una verdadera “dictadura de los derechos humanos” interpretados a su manera y convenientemente reflejados y manipulados por los grandes consorcios de la prensa internacional a su servicio.
Desde el antiguo Comité de Derechos Humanos regido por las viejas normativas, que siempre otorgaban ventajas numérica y una absoluta parcialidad de las reglas a favor de los poderosos, Estados Unidos se las arreglaba para otorgar invariablemente condenas o absoluciones a su capricho, así como ocultamiento, siempre en dependencia de sus intereses imperiales.
Intentando cambiar -al menos en cierta medida-, las arbitrarias reglas de juego prevalecientes y tras una larga lucha política – diplomática, surgió el actual Consejo de Derechos Humanos, también en el seno de la ONU con sede en Ginebra y sujeto a renovadas normas y reglamentaciones que pueden hacer viable siquiera una condena verbal o formal -llegada la ocasión-, a los Estados – farsantes o manipuladores, creadores a su alrededor del mito de los “derechos humanos”. Tal es el caso exacto de Estados Unidos, cuyo Departamento de Estado mantiene, además, una lista particular de descalificaciones y supuestos violadores, según su óptica.
Por eso resultó un acontecimiento notable que al someterse Estados Unidos al novedoso procedimiento del Examen Periódico Universal de Derechos Humanos durante la pasada semana, la absoluta mayoría de los 121 países participantes hicieran referencias condenatorias a las brutales prácticas policiales discriminatorias que prevalecen hoy en el país imperial, las torturas y los asesinatos que allí ocurren.
Muchos de ellos señalaron que estas acciones policiales represivas se dirigen específicamente contra determinados sectores sociales identificados como minorías de bajo ingreso, en particular los afro descendientes agredidos o asesinados recientemente en Missouri, Baltimore y Ohio, citados como ejemplos.
Se demandó también a Estados Unidos por parte de la gran mayoría de los 121 oradores que intervinieron a imponer una moratoria en los estados que aún practican la pena de muerte y encaminarse hacia la abolición de la pena capital. También se exhortó al gobierno y al Congreso de Washington a que finalmente ratifiquen los no pocos tratados que aun tienen pendientes de hacerlo, como los relacionados con los derechos del niño, la mujer y los trabajadores migratorios.
Al ensayar una respuesta, el vicefiscal general adjunto David Bitkower admitió que eran amplia mayoría los afro descendientes y los migrantes que aguardan sentencia en “el corredor de la muerte”, aunque destacó que durante el año pasado la cifra de ejecutados “sólo llegó a 35 casos”.
Comentarios