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Aventajando a Israel

29 de abril de 2015

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Bombas aun de mayor poder destructivo han empezado a ser lanzadas por la aviación de Arabia Saudita contra Saná, la capital, y otras zonas pobladas de Yemen, y ya las víctimas se cuentan por miles, principalmente niños.
La orientación de Estados Unidos más el dinero saudita ha hecho que Riad encabece una coalición de diez países que desde hace varias semanas participan en una agresión tan injustificada como cruel contra el pueblo yemenita, e incluso Israel ha declarado públicamente sus simpatías abiertas a este acto de exterminio.
Ni por asomo se puede sostener el pretexto de reponer a un presidente derrocado por las fuerzas tribales de los huzies (no hutíes, como se ha escrito equivocadamente) y que Irán tiene virtualmente copado el país,
Y es que el motivo central de la intervención es el interés geopolítico y estratégico de Washington y Riad de controlar totalmente a una nación ubicada en una zona de importantes comunicaciones marítimas y por donde pasa un gran volumen petrolero para Occidente, nunca amenazado por quienes habían derribado al gobierno de Hadi, que ya había cumplido su mandato en febrero último, por lo cual el pretexto de petición de ayuda no se justifica en modo alguno.
Lo cierto es que, independientemente de las órdenes del complejo militar e industrial norteamericano, han primado las concepciones sauditas de copar la región y vengarse primordialmente de las derrotas infligidas por el pueblo yemenita en anteriores agresiones, la más reciente en el 2009, donde participaron 150 000 militares y mercenarios pagados por Riad, algo no divulgado por la prensa occidental.
Tan es así que los pilotos sauditas que bombardean ahora con ultramodernos aviones norteamericanos de guerra a Yemen, una de las naciones más pobres del mundo, reciben hasta lujosos automóviles obsequiados por la monarquía por la labor de exterminio.
Es bochornoso citar a los diferentes entes árabes que han apoyado esta agresión, cuando nunca lo han hecho a favor de la causa palestina y mucho menos contra Israel, el principal verdugo en la zona.

 

NO ES PRECISAMENTE LA RELIGIÓN

 

Mario Abou Zeid, investigador y analista del Centro de Medio Oriente de Carnegie (CMEC, por sus siglas en inglés), opina que la situación que actualmente se desarrolla en Yemen se asemeja a la crisis siria. Según sus palabras, son las diferencias religiosas y sectarias las que están causando la actual crisis yemenita.
“Hay muchas similitudes entre lo que está sucediendo en Iraq, Siria y Yemen, ya que se trata de un conflicto entre dos grandes sectas, la fuerza sunita y la fuerza chiita”, afirmó el experto, aunque admitió la diferencia de que “en Yemen se ha producido la primera intervención directa de Riad… En Irak, Siria o el Líbano no lo hemos visto”
Pero lo que no dice el experto es que la agresión comenzó cuando las fuerzas rebeldes –musulmanes chiítas- y grupos de otras confesiones, incluidos sunitas, expulsaron de dos ciudades al grupo terrorista de Al Qaeda, creado por Estados Unidos y amamantado por Arabia Saudita, y se enfrentaron a una célula de otro elemento de terror, el Estado Islámico, de igual padrinaje, aunque ahora se trate de decir lo contrario.
Mientras se divulga poco la presencia de Al Qaeda y el Estado Islámico contra la resistencia yemenita, la flagrante agresión y violación de la soberanía de Yemen se produce en un contexto de total silencio de los organismos internacionales, en especial de la ONU, que apenas balbucea contra la violencia de los bombardeos aéreos contra la población.
El jefe del movimiento huzi Ansar Alá (Hijos de Dios), Abdel Malik al Huthi, al calificar de injustificada la intervención de Arabia Saudíta y de Estados Unidos, apuntó: “Lo peor es que vienen por la noche bombardeando viviendas civiles como traidores. ¿No orgullo? ¿Ninguna moral?”, y anunció la creación de dos frentes: uno interno compuesto por otros seis, y otro externo, integrado por las fuerzas armadas yemenitas para oponerse a la invasión extranjera.
Mucho queda por decir aun sobre este plan imperial de seguir enfrentando a musulmanes contra musulmanes, mientras Israel aprovecha para atacar con armas pesadas a una Franja de Gaza virtualmente destruida y aun bloqueada y que no recibe del exterior ayuda alguna de quienes hablan de solidaridad, pero en la práctica son cómplices del sionismo y de aquellos que se dedican hoy a destruir a Yemen.

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