Igual objetivo imperial
15 de abril de 2015
|Hace unos días comentamos en esta página web la ofensiva militarista de Estados Unidos en América Latina (Ocupando Latinoamérica), lo cual ha sido subrayado con la posterior y reciente decisión imperialista de aumentar de 125 a ¡3 200! sus efectivos en Perú, bajo el pretexto de la lucha contra el narcotráfico.
Tal situación ha hecho que el secretario de la Unión Suramericana de Naciones, el ex presidente colombiano Ernesto Samper, llevara el tema a la Cumbre de las Américas que tuvo lugar los días 10 y 11 de este mes en Panamá, aunque ya desde hace años organizaciones sociales y civiles de América Latina y el Caribe habían pedido a la Unasur la retirada de las bases militares de Estados Unidos del continente, como mecanismo de respeto a la autonomía y soberanía de los países.
“En un mundo globalizado como el actual uno no puede pedir reglas de juego globales para la economía y mantener el unilateralismo para la política”, manifestó.
Aunque se habla de una cincuentena de enclaves, son unas diez las bases militares estadounidenses reconocidas en el territorio latinoamericano, de las que destacan siete instaladas en Colombia -que han servido para entrenar paramilitares, como los 1 600 que se dislocan cerca de la frontera con Venezuela. Por estos días, centenares de soldados norteamericanos realizan ejercicios en Honduras.
En ese sentido, el académico del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile, Gilberto Aranda, indicó que Estados Unidos ha fortalecido su presencia en el área latinoamericana en los últimos meses, luego de estar concentrado en focos extra hemisféricos, lo que explicaría el pronunciamiento de Unasur.
“Está muy interesado EE.UU. en la competencia con China, porque este último está entrando en países de Suramérica como un socio comercial privilegiado. Entonces Estados Unidos está pensando para el próximo año cómo responder al desafío comercial chino, potenciando su presencia militar, comercial y política en la región latinoamericana”, afirmó.
Aranda agregó que el afán de aproximación de Estados Unidos se refleja en el reciente anuncio del restablecimiento de relaciones diplomáticas con Cuba y la decisión del presidente Barack Obama de eliminar a nuestro país de la lista de naciones sindicadas al terrorismo, lista en la que nunca debería de haber estado.
La prensa derechista continental ha tratado de hacer creer que EE.UU. ve amenazada su hegemonía en la zona, pero que “el organismo regional no está en condiciones de agrupar a los países del continente bajo una sola posición”.
O sea, que Washington habla de una eventual agresión bélica en Suramérica y utiliza esa hipotética, pero realmente falsa amenaza, para ocupar posiciones en varios países de la zona.
En el caso peruano, varias organizaciones sociales y políticas ya se movilizan para rechazar la presencia de los soldados norteamericanos, y emplazar al Congreso y al presidente Ollanta Humala a que acepten y actúen en consecuencia con la demanda popular.
En este contexto, el diputado comunista peruano Hugo Gutiérrez, quien fue uno de los parlamentarios que en el 2012 se opuso a la instalación de una base militar estadounidense en el Fuerte Aguayo de Concón, coincide en que Unasur está haciendo un reclamo de independencia continental acorde a los tiempos:
“Este país ha ejercido un papel imperial sobre nuestro continente y hoy ya no hay consenso para que lo siga teniendo. América Latina busca ser un continente soberano y que sus políticas no estén determinadas por lo que Estados Unidos resuelva internamente, sino que, por el contrario, somos suficientemente maduros para determinar si queremos o no bases norteamericanas en nuestro continente”.
Es decir, mientras en la cumbre de Panamá Cuba, Venezuela y la inmensa mayoría de las naciones presentes mantuvieron firmemente sus posiciones de paz, indicando a Obama que otros son los tiempos, el poder imperial que hace y deshace realmente en Estados Unidos sigue preconizando una política para eliminar con más o menos brutalidad a los gobiernos que ejercen realmente una política para el pueblo.
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