En busca de la dieta ideal (V parte)
1 de mayo de 2015
|En cuanto al origen de la obesidad existe la teoría del llamado Modelo Socio Conductual que explica la génesis de la obesidad a partir de la adquisición de patrones inadecuados por parte de las personas obesas diferentes a los patrones adquiridos por las personas normo peso. Le llaman “estilo de comer obeso”, estilo que va a estar definido por variables tales como el número de masticaciones, la frecuencia de la ingesta, las características de los alimentos elegidos, etc.
Existen estudios desarrollados en ambientes naturales que no confirman esta diferenciación referente a los estilos al comer. En nuestros más recientes estudios sobre el tema pudimos percatarnos a través de la aplicación de la encuesta de ingestión de alimentos por registro, que no existen diferencias entre los patrones de consumo de alimentos entre obesos y normo – pesos, ni que existe un patrón típico en el obeso, aunque si se observa una distribución calórica, desbalanceada en cuanto a nutrientes, desproporcionada por frecuencia alimentaria en la mayoría de los casos estudiados observándose en estos períodos de grandes ayunos o ayunos diurnos con exceso de ingesta en las horas de la comida, exceso de alimentos calóricos y energéticos pero eso, criterio personal, no es suficiente para precisar y hablar de un patrón único, típico o característico del obeso. La diferencia entre la conducta de los obesos y los normo – pesos es difusa y poco contundente porque hay autores que hemos encontrado diferencias en cuanto a que la ingesta de los obesos es mucho más dependiente de la palatalabilidad o de la densidad calórica del alimento.
Otra de las hipótesis del modelo socio – conductual es la de la restricción. La resistencia voluntaria a comer para desarrollar unos patrones alimenticios determinados, es decir, una resistencia para llegar a comer normalmente y que se lleva a cabo a través de dietas puede originar un estado crónico de hambre, especialmente si el peso desciende por debajo del Punto Crítico de la persona. Como resultado de esa aversión inherente al auto control las personas podrán desarrollar patrones alimentarios inusuales.
El individuo sometido a dieta constante o a una restricción permanente frente a determinadas situaciones de arousal negativo o en situaciones de tentación, comerá hasta la saciedad, quebrantando así su dieta. Estas situaciones o factores perturbadores del comer restrictivo se les denomina “Deshinbidores del comer”. La angustia emocional, la ingestión de comida prohibida, el alcohol, etc, son ejemplos de dichos eventos. Finalmente se produce el denominado fenómeno de rebote que según estudios desarrollados hacen que la persona, pueda incluso hasta duplicar el peso que tenía originalmente, es decir, antes de iniciar el período de abstinencia o de restricción.
Se hablaba del “Punto Fijo” en la que se especifica que cada individuo tiene un peso determinado biológicamente, que se regula homeostáticamente. Así los obesos tienen un promedio más alto de su peso ideal que los sujetos con normo – peso. Cuando llevan una dieta reductora pueden perder peso y estar por debajo del peso biológico y entonces la persona recuperará de nuevo el peso hasta llegar a su peso ideal porqué según esta teoría el organismo tendrá tendencia a defender ese peso ideal, ese peso biológico dado. Cuando se rompe la restricción de las dietas se explica por este fenómeno y es lo que llaman la adaptación biológica del cuerpo por recuperar su peso. En el caso de los adolescentes el peso ideal es muy fluctuante porque están en crecimiento y desarrollo y ese peso ideal, dependerá de la edad, de la talla y del peso además del control de los pliegues cutáneos que son en definitiva los factores que determinarán en la evolución antropométrica – nutricional.
Por último, se ha hablado de la ansiedad como causa de la obesidad pero pensamos que esta relación ansiedad – bulimia, hay que verla a la inversa, porque la ansiedad surge por las presiones sociales y culturales que ejerce sobre la persona el estado de obesidad y por supuesto, por la lucha campal que se establece entre el obeso y la balanza.
Una vez que hemos obtenidos estas informaciones sobre el uso de dietas populares no nos quedan dudas del daño que pueden producir las mismas. Sabemos de sus deseos de perder esas libras de mas, pero esos regimenes restrictivos, ese hacer ejercicios sin control, correr sin la dosificación especificada por un especialista, incluso, cada vez son mas los estudios que confirman la mayor efectividad de las caminatas por encima de la carrera debe retomarlos y reflexionar y llegar a la conclusión cual es el camino que más le puede acercar al tratamiento ideal en el cual, sin lugar a dudas siempre estará la presencia de los especialistas, sobre todo del endocrino que es quién puede determinar cual es el tratamiento ideal a seguir, la dietista que a partir de las sugerencias del médico especialista confeccionará el Plan de alimentación adecuado y la presencia del psicólogo o el psiquiatra que contribuirá a los cambios de comportamientos, de estilos de vida que reclama el tratamiento.
Hay que asistir al endocrino para que clasifique su tipo de obesidad, para que diagnostique la presencia o no de otras enfermedades o alteraciones, y una vez, sobre la base de sus hábitos de alimentación actuales, y con un tratamiento educativo y psicológico pueda desarrollar el Plan de alimentación impuesto por una dietista atendiendo a sus individualidades y a su contexto psicológico y social.
Usted que ha estado leyendo esta serie de artículos durante cinco semanas, tiene dos opciones, la primera continuar con el hábito de las dietas populares y sensacionalistas que le lleguen y por supuesto será feliz por un tiempo, pero finalmente tendrá que sufrir las consecuencias, sobre todo las psicológicas y sociales que les traerá este fracaso, y la otra opción, que es mas lenta y requiere de mayor paciencia y sobre todo de fuerza de voluntad, que es esa que le pueden brindar los especialistas competentes en esta materia. Entonces diga adiós a las formulas y dietas mágicas y asuma con seriedad el tratamiento de su perdida de peso. Esto será una forma de auto protección y auto contribución al anhelado equilibrio del proceso salud – enfermedad y del logro del Estado de Salud que se basa precisamente en su bienestar físico y mental.
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