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En busca de la dieta ideal (IV parte)

24 de abril de 2015

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mujer-obesaLos primeros intentos de tratamientos contra la obesidad, tenían un carácter médico y como objetivo esencial, una perdida súbita de peso en cortos períodos de tiempo sin tener en cuenta los aspectos psicológicos y sociales del obeso y de la obesa y por supuesto de la obesidad como alteración en sí.
A  partir de los años 20, se comienzan a plantear los tratamientos con dietas bajas en energía y con la consecuente perdida considerable y súbita de peso. Estos procedimientos reductores tienen sus antecedentes en infinidad de tratamientos contra la obesidad cuyo basamento esencial  lo eran los grandes ayunos. A medida que se avanza en el tiempo en estos tratamientos la perdida  súbita es más significativa y el tiempo de tratamiento mucho más reducido y a su vez aumentaba  el numero de sujetos por grupos. Se pueden citar resultados espectaculares que a medida que fueron avanzando en el tiempo presentaron una tendencia a la disminución de los días de tratamiento y al aumento de la cantidad de peso perdido. Así en la década del 20 sobresale un estudio con ocho obesos y obesas que en un período de 56 días lograron perder 9,9 Kg. Posteriormente en los años 40, un estudio con 12 obesos y obesas, se logra perder un promedio de 10,2 Kg en 48 días y ya en la década del 50, se reportan tres estudios, el primero donde 14 obesos y obesas tienen una perdida de 8,4 Kg. en 7 días, una segunda investigación donde en 52 días, 18 obesos y obesas logran una perdida que asciende a 15,2 Kg. y por último, un estudio con 900 obesos y obesas donde en 14 días logran perder un promedio de 10 Kg.
Estos grandes ayunos y estas dietas sensacionalistas que aún alcanzan y  prevalecen con fuerza en nuestros días resultan altamente preocupantes. En el caso de los niños, niñas  y adolescentes mucho más ya que ha quedado muy bien establecido por diferentes estudios desarrollados la contraindicación de dietas reductoras en la edad infanto juvenil y en el caso de los adultos solamente bajo control facultativo y con un balance en nutrientes que no afecte el metabolismo y el estado de salud del individuo.
Decíamos que ha prevalecido hasta hoy el uso de los grandes ayunos o de la ejercitación física no dirigida, y que esto responde a tres causas fundamentales, muchas veces  por  indicación médica, otras por las publicaciones comerciales y por ultimo porqué se promueven entre los propios obesos, obesas  y  sobre pesos.  Muchas veces se acude al uso indiscriminado de medicamentos y algunos de corte esencialmente comercial y  sensacionalista que puede incidir negativamente en el estado metabólico del individuo.
Estos tratamientos, si es que le podemos llamar tratamientos son doblemente traumáticos, primero en el orden  físico,  segundo en el orden psicológico y por  ende, directamente relacionado con el estado de salud del individuo. En el caso de los niños, niñas y adolescentes además del alto riesgo para su crecimiento y desarrollo y  toda la influencia negativa que puede tener en el orden psíquico se hace mucho más agresivo al estado de salud además de la repercusión que puede tener en la formación de la personalidad lo cual sin lugar a dudas constituye la esencia de la vida de cualquier ser humano.
No es menos cierto que esos hábitos y actitudes que se van creando desde la más tempranas edades tienen que trascender en el desarrollo de la personalidad y del comportamiento del niño y de la niña y que por supuesto están comprometidos con el comportamiento y características de personalidad de los adultos que le rodean; por ello, este fenómeno descrito por este modelo dinámico lo vemos más objetivo desde la perspectiva educativa y de la influencia que tiene la herencia social y cultural en el desarrollo y conformación de la personalidad, que no como un proceso de regresión a la etapa oral como han llegado a plantear algunos autores. Decididamente, la influencia educativa, el modelo que le puede brindar el adulto que le rodea, y la creación de los conocimientos, hábitos y actitudes alimentarios desde las más tempranas edades puede ser un modulador del estado antropométrico nutricional futuro.
El proceso de lactancia materna no solo por las ventajas que en el orden nutricional puede traer aparejado sino por todo lo que puede contribuir al desarrollo psicomotor y dentro de este a la socialización y afectividad del niño y de la niña, ya que el hecho de lactar es el punto de partida que tiene no solo para alimentarse y sobrevivir, sino porqué a partir de este reflejo incondicionado de succión podrá desarrollar otros reflejos condicionados que resultarán importantes para su propio desarrollo psicomotor en esta etapa temprana de la vida. Posteriormente la alimentación y la nutrición estaría basada en el proceso de ablactación, que no es más que la introducción escalonada de los diversos alimentos que constituyen su futuro universo alimentario y nutricional, lo cual, además de constituir una fuente de ingestión de los nutrientes necesarios en el momento preciso, nutrientes que contribuyen además a su desarrollo físico, biológico y psíquico, es esencial en el orden de las habilidades, conocimientos e integración a la realidad, que sin lugar a dudas le puede brindar este proceso de aprendizaje relacionado con el acto de la alimentación y la nutrición.
Las conductas alimentarías además de adquirir una fuerte connotación afectiva, con mucha más razón constituyen un elemento importante en su desarrollo individual, tanto físico, como psíquico y social, todo lo cual repercute en el proceso de formación de su personalidad.
Entonces, decididamente y así se ha demostrado en muchos estudios relacionados con el tratamiento de la obesidad, la estabilidad emocional, la auto aceptación de su imagen corporal y de las limitaciones físicas, psíquicas y sociales que también debe asumir mientras se produce el proceso de disminución del peso corporal, lo cual, cuando se produce de forma súbita no permite que el obeso adquiera una conciencia de cual es su estado actual y hacia cual se va a dirigir,y que pretende establecer para el resto de su vida. De cómo asumir el tratamiento de la obesidad en este aspecto tan importante como la reducción de alimentos, continuaremos hablando la próxima semana.

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