27 de marzo, Día Internacional del Teatro
30 de marzo de 2015
|Cada 27 de marzo la Humanidad celebra el día del teatro, el arte que propicia el encuentro de los seres humanos desde tiempos inmemoriales, espacio ideal donde se han dirimido los temas que inquietan a todos, hombres y mujeres.
El teatro ha conocido el reinado del texto, la tiranía del director o la primacía de los actores; se ha representado en inmensos anfiteatros, en salas de doce sillas, en plazas, parques o barracas, pero hay un asunto que ha permanecido invariable: la necesidad de encontrase con su público. Pienso en esta hora en la Cruzada teatral que recorre las serranías entre Guantánamo y Baracoa, en el oriente de Cuba. Cuentan los cruzados que los faroles de los camiones que los trasladan de pueblo en pueblo sirven para alumbrar los escenarios naturales donde presentan las obras. Otros, como el Teatro de las Estaciones de Matanzas, quienes se han apropiado del títere como recurso expresivo, trabajan infatigablemente para compartir con el público de la Sala Pepe Camejo las imágenes más hermosas de la contemporaneidad.
Mujeres como Roxana Pineda hallaron en el teatro una razón de vida. Actriz y directora, es la gestora del Magdalena sin fronteras, un evento que da voces a las teatristas, al tiempo que le ofrece al público de Santa Clara, ciudad donde tiene lugar el encuentro, la posibilidad de dialogar sobre temas que urge debatir. Un director como Carlos Díaz ha convertido su Teatro El público en escuela para actores, dramaturgos, directores, diseñadores, y lo ha hecho en una sala que permanece abierta contra viento y marea; subiendo a escena a autores consagrados como Federico García Lorca, Albert Camus, Rainer W Fassbinder o a uno tan joven cono Rogelio Orizondo. Goce estético y hondura en el pensar distinguen a este hombre, creador de las puestas en escena más transgresoras del teatro cubano en los últimos 20 años, que ha contado con el fervor de los espectadores.
Este 27 de marzo el director Krzysztof Warlikowski, autor del Mensaje del Instituto Internacional del Teatro en tan significativo día, se ha referido a la capacidad del teatro de conducir a los espectadores a “Mirar más adentro que lo permitido”, y llama a hacer un “teatro que se aferra a la verdad y termina en lo inexplicable”. Y es que el teatro solo tiene razón de ser en el intercambio con el espectador, con ese “otro” ser humano que, también, afronta todos los obstáculos para encontrarse con el teatro.
International Theatre Institute ITI
World Organization for the Performing ArtsDía Internacional del Teatro 2015
Los verdaderos maestros del teatro se pueden encontrar muy fácilmente lejos del escenario. Y por lo general no tienen interés en el teatro como máquina para reproducir convenciones y clichés. Buscan las fuentes de la pulsión y las corrientes vivas que evitan las salas de representación y a las multitudes que prefieren la copia de un mundo o de otro. Preferimos copiar en vez de crear mundos que inciten al debate con el público, que se centren en las emociones que se acumulan bajo la superficie. En realidad no hay nada que pueda revelar tantas pasiones ocultas como el teatro.
A menudo vuelvo a la prosa como una guía. De vez en cuando me sorprendo pensando en escritores que hace casi un siglo profetizaron el declinar de los dioses europeos, y describieron el crepúsculo que hizo sucumbir a nuestra civilización en una oscuridad que aún espera ser iluminada. Estoy pensando en Franz Kafka, Thomas Mann y Marcel Proust, pero también incluiría hoy a John Maxwell Coetzee en este grupo de profetas.
Su sentido común sobre el inevitable fin del mundo – no del planeta, sino del modelo de las relaciones humanas – y del orden social y el caos, es considerablemente actual para nosotros hoy día. Para nosotros que vivimos después del fin del mundo. Para nosotros que enfrentamos crímenes y conflictos que se encienden diariamente en nuevos lugares más rápido que los ubicuos medios de comunicación. Estos fuegos se vuelven aburridos muy rápidamente y desaparecen de las noticias, para nunca más volver. Y nos sentimos desprotegidos, horrorizados y acorralados. Ya no podemos construir torres, y las murallas que levantamos obstinadamente, no nos protegen de nada – por el contrario, ellas mismas piden protección y cuidado, lo que nos hace consumir una gran parte de nuestra energía vital. Ya no tenemos la fuerza para tratar de mirar lo que hay más allá de las puertas, detrás de los muros. Y es precisamente por eso que el teatro debe existir y donde debe encontrar su fuerza. Mirar más adentro que lo permitido.
“La leyenda busca la explicación de lo inexplicable. Está aferrada a la verdad y debe terminar en lo inexplicable” – así es como Kafka describió las transformación de la leyenda de Prometeo. Siento profundamente que esas mismas palabras deberían describir el teatro. Y es ese tipo de teatro que se aferra a la verdad y termina en lo inexplicable el que deseo para todos sus trabajadores, para los que están en el escenario y para los que están en el público. Lo deseo con todo mi corazón.
Krysztof WarlikowskiTraducido por: Manolo Garriga
Centro cubano del ITI
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