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Imaginando el 2015

24 de diciembre de 2014

Estamos viviendo días en los que las personas se encuentran y felicitan. Unos lo hacen por la Navidad, el Año Nuevo. Todos por el 56 aniversario del triunfo de la Revolución. FELICIDADES, exclamamos verdaderamente felices.
Motivos, por supuesto, hay más que suficientes si tenemos en cuenta ese gran regalo de fin de año que fue la llegada a la Patria de los tres héroes que aun se mantenían presos en cárceles norteamericanas.
En este caso su vuelta a casa ha sido un gran regalo para ellos, sus familiares, sus amistades y para todo el pueblo de Cuba, excepto para una ínfima cantidad de gente sin patria y sin amor, que prefiere seguir viviendo a cuenta de la política anticubana de los más recalcitrantes sectores cubano-americanos de Miami.
Pero ni esos poquitos de aquí ni los poquitos de allá, podrán ocultar la verdadera fiesta de amor, amistad, solidaridad y patriotismo que ha significado el regreso de Gerardo, Ramón y Antonio.
Así avanza diciembre hacia sus días finales y la imaginación nos lleva al 2015, ese que está “al doblar de la esquina”, y que queremos nos depare nuevas sorpresas acompañadas de felicidad y alegría.
Si pudimos seguir de cerca las sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular y meditamos al ver, oír y leer el discurso clausura de Raúl, nos resultará más comprensible augurar un año donde se pueda avanzar en muchos renglones hasta ahora deprimidos que tienen que ver con nuestra población.
Sin estridencias y falsas expectativas, el año por llegar debe dar buenas nuevas en un proceso de normalización de relaciones entre Estados Unidos y Cuba y en todo lo que se deriva de una política que el propio presidente Barack Obama ha calificado de caduca.
El bloqueo económico, financiero y comercial contra nuestro país ha sido la sanción más larga a la que nación alguna haya estado sometida. A la vez, ha sido la vergüenza mayor para la potencia que cada año recibe el rechazo casi unánime de la comunidad internacional cuando en Naciones Unidas solo Estados Unidos e Israel votan contra la resolución que presenta nuestro país y que tiene el voto favorable de 189 estados.
Aun sabiendo que nada será fácil en el engorroso camino de normalizar unas relaciones dañadas por años, y más difícil aún eliminar las barreras dentro de un Congreso republicano para acabar con el injusto y obsoleto bloqueo, razones existen para confiar en los pasos ya dados y el camino escogido de sustituir la confrontación por el diálogo.
Miro hacia el 2015 con el optimismo propio de quien está convencido de que la resistencia y la defensa de la soberanía sin concesión alguna, es la bandera mejor de un pueblo que ha aceptado el reto y ha vencido.
El 2015 será para uno de nuestros héroes —Gerardo— y para su esposa Adriana, en los inicios mismos del mes de enero, el momento del advenimiento al mundo de una hija deseada y que a pesar de las adversidades para su consecución, llegará en el momento mismo en que sus padres se reencuentran y hacen de sus sueños una realidad imborrable.
Pienso en el 2015 y no tengo espacio en mi mente para martillar sobre ella narrando posibles adversidades propias de un país pobre y bloqueado, ni en los desaciertos que hemos tenido que vencer y que también nos han hecho daño.
Pienso en primer lugar en Fidel, en sus enseñanzas, en su optimismo y su convicción que lo ha llevado a librar y ganar tantas batallas. Y a Fidel le deseo muchos otros años de vida, siempre recordando que en cada victoria está él, con la misma fortaleza y convicción que nos mostró cuando aseguró que los Cinco “volverán”.
Y aquí están, juntos al pueblo y a Fidel.

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