Controladores del poder mundial

3 de diciembre de 2014

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Arnaldo Alfonso Musa Pachá

Ocasionalmente hemos escrito sobre grupos de poderes que determinan lo que debe pasar en el mundo, como los asociados en el Club Bilderberg y aquellos implicados en la Comisión Trilateral, que enrola a Europa, pero responde a Estados Unidos. Pero menos se menciona a  los principales banqueros que, como acaban de hacerlo, se reúnen cada dos meses en Basilea, Suiza, para tomar decisiones que afectan a cada ser humano, sin que este tenga voz ni voto ni sabe de qué se está tratando.
Mucha gente, cuando le hablan de bancos, tienden a pensar sobre estos como instituciones individuales, cuando, en verdad, el mundo de las finanzas está dominado por redes de instituciones cuyas conexiones son parcialmente reveladas, y muy a menudo ocultas.
Anteriores y posteriores escándalos de corrupción que implicaron al  Banco Santander revelaron cómo funciona el sistema oligárquico en este supuestamente ente regional español, pero que responde realmente al Grupo Alpha-Inter, un consorcio bancario europeo con grandes intereses de la monarquía  británica y las finanzas de la ciudad italiana de Venecia.
Este grupo, formado en 1971, consiste de 11 bancos. Además del Santander, también lo integran el Royal Bank of Scotland (Banco Real de Escocia), el italiano Intesa Sanpaolo, el francés Societe Generale, el alemán Commerzbank, el ING de los Países Bajos, el KBC de Bélgica, el Nordea de Suecia, el Banco Nacional de Grecia, el Banco Espirito Santo de Portugal y el AIB de Irlanda.
Sus operaciones combinadas cubren gran parte de Europa, incluyendo una penetración significativa en el antiguo bloque soviético, Estados Unidos e Iberoamérica.
El Grupo Inter-Alpha como tal es solo parte del cuadro, puesto que el poder real reside en lo que controla a las instituciones mismas, y en el uso que le da a estas, y en esto juega un papel fundamental el Banco Mundial (BM).
Karen Hudes, exjurista del Banco Mundial, despedida por haber revelado información sobre la corrupción allí, explicó con detalle los mecanismos bancarios para dominar nuestro planeta.
Hudes, graduada de la Escuela de Derecho de Yale, trabajó en el departamento jurídico del BM durante 20 años. En calidad de asesora jurídica superior, tuvo suficiente información para obtener una visión global de cómo la élite domina al mundo. De este modo, lo que cuenta no es una “teoría de la conspiración’ más”.
De acuerdo con la especialista, la élite usa un núcleo hermético de instituciones financieras y corporaciones para dominar el planeta.
Citando un explosivo estudio suizo del 2011 publicado en la revista Plos One sobre la “red de control corporativo global”, Hudes señaló que un pequeño grupo de entidades, en su mayoría instituciones financieras y bancos centrales, ejercen una enorme influencia sobre la economía internacional entre bambalinas.
“Lo que realmente está sucediendo es que los recursos del mundo están siendo dominados por este grupo”, explicó, y agregó que los “capturadores del poder corruptos” han logrado dominar los medios de comunicación también.
El estudio suizo que mencionó Hudes fue llevado a cabo por un equipo del Instituto Federal Suizo de Tecnología de Zúrich. Los investigadores estudiaron las relaciones entre 37 millones de empresas e inversores de todo el mundo y descubrieron que existe una “superentidad” de 147 megacorporaciones muy unidas y que controlan el 40% de toda la economía mundial.
A todo esto habría que señalar que las elites globales no solo controlan estas corporaciones, sino también dominan las organizaciones no elegidas y que no rinden cuentas, pero sí las finanzas de casi todas las naciones del planeta.
Se trata, además del BM, del Fondo Monetario Internacional y los bancos centrales, como la Reserva Federal estadounidense, que manejan toda la emisión de dinero y su circulación internacional.
La cúspide de este sistema es el Banco de Pagos Internacionales (BPI), el banco central de los bancos centrales, calificada por Hudes como “una organización internacional inmensamente poderosa de la cual la mayoría ni siquiera ha oído hablar”, la cual controla secretamente la emisión de dinero del mundo entero”.
El BPI está ubicado en Basilea, pero tiene sucursales en Hong Kong y en Ciudad de México. Es esencialmente un banco central del mundo no electo que tiene completa inmunidad en materia de impuestos y leyes internacionales.  Hoy, 58 bancos centrales a nivel mundial pertenecen al BPI, y tiene, con mucho, más poder en la economía de Estados Unidos (o en la economía de cualquier otro país) que cualquier político.
O sea, el BPI es una organización que fue fundada por la élite mundial, que opera en beneficio de la misma, y cuyo fin es ser una de las piedras angulares del venidero sistema financiero global unificado, y cuya herramienta principal de esclavizar naciones y gobiernos es la deuda.
“Quieren que seamos todos esclavos de la deuda, quieren ver a todos nuestros gobiernos esclavos de la deuda, y quieren que todos nuestros políticos sean adictos a las gigantes contribuciones financieras que ellos canalizan en sus campañas. Como la élite también es dueña de todos los medios de información principales, esos medios nunca revelarán el secreto de que hay algo fundamentalmente errado en la manera en que funciona nuestro sistema”, aseguró la ex asesora jurídica del Banco Mundial, despedida -repito- por haber revelado información sobre las prácticas corruptas del BM.