Banco del Sur, una activación necesaria
10 de noviembre de 2014
|Surgido hace siete años y que ahora comienza a emerger como una gran necesidad de la región suramericana, el Banco del Sur acaba de recibir el respaldo de todos los jefes de Estado de los países miembros para acelerar su activación y lograr, como objetivo fundamental, impulsar la cristalización de proyectos conjuntos que contribuirán al desarrollo de la región.
Hace poco leía en el Nacional, de Caracas, y otros diarios opositores venezolanos críticas y burlas a la institución, alegando que no se podría financiar por falta de financiamiento, pero ya el gobierno de Nicolás Maduro hará un aporte de unos 10 000 millones de dólares, Ecuador contribuirá con 8 000 millones y otras naciones integrantes se disponen a elevar la cuota que se fijaron inicialmente.
En este contexto, la entidad ayudará a la creación de una gran zona económica integrada por el Mercado Común Suramericano (MERCOSUR), la alianza energética PetroCaribe y la Alianza Bolivariana de los pueblos de América (ALBA).
Esta integración es fundamental ante las crisis económicas que tienen como escenario a Europa y Estados Unidos, y la prioridad de establecer un comercio justo con el desarrollo de inversiones conjuntas y de las fuerzas productivas.
Asimismo, el Banco del Sur se acercará al proceso de creación del
Nuevo Banco de Desarrollo, fundado por el grupo BRICS (Brasil, China, la India, Sudáfrica y Rusia) para construir relaciones de trabajo.
ORÍGENES Y OBJETIVOS
El Banco del Sur es un fondo monetario, banco de desarrollo y organización prestamista, fundado el 9 de diciembre del 2007, cuyo convenio constitutivo fue firmado el 26 de septiembre del 2009 y su primera reunión fue en Venezuela el 12 de junio del 2013.
Es el resultado de una idea del presidente argentino, Néstor Kirchner, en el 2002, que le propone al de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva. Después se sumaron Venezuela, Bolivia, Paraguay y Uruguay. Chile y Perú participan como observadores y Colombia renunció a incorporarse.
La meta del Banco del Sur es incluir a cada nación de América Latina, desde México hasta Argentina. El programa realiza préstamos de dinero a cualquier nación que emprenda la construcción de programas aprobados y abre nuevas alternativas de financiamiento donde estarían presentes conceptos como la igualdad, la equidad y la justicia social. Inicialmente su sede es en Caracas, con dos subsedes, una en Buenos Aires y otra en La Paz.
El banco se plantea como una alternativa al FMI, al Banco Mundial y al Banco Interamericano de Desarrollo y confía en la impopularidad que poseen estas instituciones en América Latina. Se propone que todos los países miembro contribuyan en partes iguales de modo que ninguno de los mismos tenga un control dominante.
El Banco del Sur busca impulsar medidas de integración económica que fortalezcan la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) y plantea la creación de una moneda común suramericana. Su objeto es funcionar como un banco de desarrollo que financie obras de infraestructura y apoye a las empresas públicas y privadas de los países firmantes.
RECHAZO Y ALTERNATIVA AL FMI
Cada país tiene derecho a voto igualitario sin importar el tamaño de sus aportaciones, al revés de lo que hace el Fondo Monetario Internacional (FMI), donde Estados Unidos y la Unión Europea toman las decisiones de mayor importancia.
El FMI es ampliamente criticado en América del Sur, por la gran mayoría de sus miembros, debido a las sistemáticas manipulaciones económicas que impuso en la región, prestándole dinero a mandatarios afines, lo cual llevaron a dichos países al literal endeudamiento.
Este fue el caso de la crisis del 2001 en Argentina, manipulada por el ministro de Economía, Domingo Cavallo, socio incondicional de los más grandes bancos mundiales, los cuales forman directamente parte del FMI, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo.
En Latinoamérica es ya conocida la política del FMI de realizar “préstamos” solo a aquellos países que gocen de leyes para la apertura de mercados que el propio FMI crea y que son irrelevantes para las tareas de desarrollo en las que se invierten los fondos.
Así, con la reciente activación del Banco del Sur se establece una alternativa para la financiación pública multilateral en la región, con puertas abiertas a otras naciones que deseen liberarse de los explotadores de siempre.
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