Beneficios del oxido de zinc
7 de noviembre de 2014
|El óxido de zinc es un compuesto químico de color blanco-amarillento muy fino, sin olor ni forma, conocido como “zinc blanco”. Este compuesto tiene propiedades astringentes y protectoras de la piel, capaz de aliviar el ardor y prurito causado por diferentes trastornos dermatológicos.
De él se dice que es un compuesto muy versátil, que puede ayudar por igual a vacacionistas, atletas, dentistas y recién nacidos. El metal que lo compone, el zinc, ha sido históricamente uno de los más empleados por la humanidad. Según se conoce, en el siglo III A.C los babilonios producían ya aleaciones con zinc y en el siglo VI se utilizaba en China para fabricar monedas y espejos. Dado el elevado volumen que ha alcanzado su producción en todo el mundo, en la actualidad se le considera el cuarto mineral más explotado.
Entre las múltiples aplicaciones del zinc se encuentra precisamente su uso en la elaboración de productos farmacéuticos y cosméticos. Para estos fines se utiliza en forma de óxido. Habitualmente el óxido de zinc está indicado para el tratamiento de las irritaciones leves de la piel que provocan las quemaduras superficiales, las heridas leves y las picaduras de insectos.
Este producto tiene la capacidad de adherirse a la superficie cutánea y formar una capa fina o película protectora, que aísla la piel de los factores externos que pudieran dañarla o aumentar la lesión. Actuando de esta forma, disminuye el ardor y la picazón, por lo que es muy efectivo para tratar lesiones de la piel que provocan estos síntomas.
Un uso muy extendido del óxido de zinc es el tratamiento de la pañalitis o dermatitis del pañal del recién nacido. Este padecimiento, muy frecuente en los bebes, se caracteriza por la irritación de la piel debido al uso del pañal y se manifiesta por el enrojecimiento de los bordes, más o menos doloroso al contacto, según su intensidad. En estos casos el empleo de una pomada o ungüento que contenga óxido de zinc ayuda a formar una capa protectora que aísla la piel de los factores irritantes, dándole la oportunidad de auto-repararse.
Otro de los usos de este óxido curativo es como desodorante. Los talcos o polvos secantes elaborados a base de óxido de zinc, aplicados en el interior del calzado, pueden contribuir a controlar el mal olor de los pies que producen el sudor excesivo, la acumulación de células muertas, la presencia de bacterias y la escasa ventilación.
Los bañistas también se benefician con él, ya que el óxido de zinc forma parte de algunos filtros solares que se emplean para minimizar los efectos negativos sobre la piel que provoca la acción de los rayos ultravioletas del sol. En este tipo de formulaciones actúa como pantalla provocando una sombra sobre la piel.
Este óxido metálico es útil además en varios campos vinculados con el bienestar de la salud como es el caso de la odontología, en donde se emplea en la elaboración de cementos para la reparación de piezas dentales.
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