La familia funcional en la vejez: Una necesidad

12 de diciembre de 2014

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Raúl Fuillerat Alfonso

Hemos hablado, en varias oportunidades acerca de los  conceptos y diferencias entre la familia funcional y la disfuncional. Se impone entonces definir ambas clasificaciones y así nos encontramos que una familia funcional será aquella que se  va transformando y a la vez estabilizando a partir de las necesidades que se van presentando no solo en ella como grupo, sino en cada uno de sus miembros. Es decir, una familia durante diez años no tuvo ancianos ni recién nacidos, aparecen estos dos tipos de personas, la familia funcional será capaz de asumir los cambios necesarios, lograr rápidamente su estabilidad y responder a las nuevas necesidades que impone dentro de ella, la presencia tanto del recién nacido como de ancianos.
En el caso de las familias multigeneracional es definitivamente decisivo reconocer, asumir y aceptar las diferencias generacionales, porque precisamente, para ser funcional, requiere sea continuidad entre el pasado, el presente y el futuro, es cuando ya los hijos adultos asumen la responsabilidad de sus padres que han envejecido, o cuando comienzan a presentarse otras necesidades en los pequeños que han dejado de serlos para convertirse lo mismo en adolescentes, que en jóvenes o ya en adultos.
En este asunto de la funcionabilidad cada miembro estará exigiendo sus derechos para satisfacer sus necesidades, el secreto de la funcionabilidad familiar estará en satisfacer a cada uno de sus miembros sin afectar el funcionamiento como grupo, como unidad de personas de diferentes generaciones, con diferentes necesidades que conviven bajo un mismo techo, con la aspiración de constituir lo que es en su esencia eso que llamamos hogar.
La otra cara de la moneda es la clasificación como familia disfuncional, que es cuando  las necesidades y demandas que se presentan en su desarrollo vital no son asumidas de forma adecuada, en ocasiones se ignoran, sucede mucho con las personas que envejecen en la familia, y por ende, se altera el equilibrio, la estabilidad propiciando desajustes adaptativos, irrespetos, desarmonía, que finalmente no propician esos estados de salud necesarios a todos los miembros de la familia, pero un tanto más en los ancianos.
Ya hemos comentando acerca de la dependencia en la vejez de la familia como una de las situaciones más críticas que se pueden presentar, sobre todo,  por todo lo que puede afectar las relaciones entre las diferentes generaciones, de forma más especifica la que debe existir entre padres e hijos.
En este  caso se puede caer en lo que llamamos los papeles o roles revertidos, es aquella frase que siempre repetimos cuando hablamos de los ancianos: “Son como niños” y olvidamos que a pesar del deterioro tanto físico como mental que pueda presentar ese anciano, no podrá nunca asimilar que sea semejado y tratado como un niño. Es un grave error percibir al anciano con la imagen de un niño, porqué  nunca será ni aceptarán ser hijos de sus hijos, porqué aún, en los casos de mayor deterioro físico y/o mental, seguirán siendo el padre o la madre, de esa familia, creerán en sus historias individuales, y en de esa familia que han creado.
Otra circunstancia que puede traer cambios bruscos en la familia es cuando se presenta una enfermedad o una discapacidad que obliga a una reorganización del sistema familiar, y aunque dedicaremos un capítulo al cuidado del enfermo terminal, si se hace necesaria una redistribución de tareas en función de la nueva situación llegada a esa familia.
Una conclusión a la que podemos llegar en este momento es que la familia es necesaria e importante a los ancianos, y además que sea una familia relativamente funcional. Existen riesgos desde la misma presencia del anciano en la familia, de la convivencia inter generaciones que usted debe conocer, porqué la mayoría son evitables o pueden tener solución o atenuación si ya existieran en su familia. En estos aspectos que caracterizan los riesgos para el anciano la disfuncionabilidad familiar estaremos comentando la próxima semana.