Libros de arte, importancia per se

2 de octubre de 2014

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Estrella Díaz

Cuatro proyectos editoriales acaparan por estos días la atención de Jorge Bermúdez, un acucioso investigador quien es, además, presidente de la cátedra Conrado Massaguer y profesor de arte y comunicación de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana.
En conversación exclusiva con  Habana Radio, Bermúdez ponderó muy favorablemente los esfuerzos que desarrollan varias editoriales para incrementar la producción de diversos tipos de textos que tienen que ver con las artes visuales.
Ese es, por ejemplo, Ediciones Arte Cubano perteneciente al Consejo Nacional de las Artes Plásticas, órgano rector del desarrollo de esa manifestación en nuestro país, que ha promovido eimpulsado la Colección Espiral, dedicada por entero a reflejar el quehacer de los  Premios Nacionales de Artes.

El monográfico dedicado al pintor y diseñador, Raúl Martínez (Ciego de Ávila 1927-La Habana 1995), nace gracias a la recopilación de varios textos de Bermúdez escritos en distintos momentos, en los que se destacan aspectos de la vida creativa de quien fue “una gran maestro de las artes que ha tenido la particularidad de fusionar mejor que otros la gráfica con la plástica. En Raúl Martínez, gráfica y plástica hacen un todo  indisoluble y se puede, perfectamente, reconocer una obra él no sólo como gráfica sino también como plástica”, insistió Bermúdez.
Otro de los libros de la autoría de Bermúdez, es una selección de críticas de arte titulado Lo eterno de todos los díasque incluye un abanico de cerca de treinta años de labor y que empieza con un artículo sobre Bernardo G. Barros, el crítico de arte de inicios de la República, y termina con una visión panorámica del paisaje desde los orígenes hasta la actualidad. Lo eterno de todos los días se estructura en cuatro partes: una primera que comprende la gráfica, la segunda el arte digital, la tercera el quehacer de cinco pintores que ha tratado con  asiduidad (Ángel Ramírez, Gilberto Frómeta, Sandra Ramos y Cosme Proenza) y por último el paisaje que es una panorámica que va desde los orígenes y las primeras manifestaciones grabadas sobre la imagen de Cuba, hasta el paisaje contemporáneo.
Antología visual del béisbol,que está en fase de edición, es una mirada a nuestro deporte nacional visto desde las artes plásticas y lo que rige el libro es el cómo nuestros creadores —fotógrafos, diseñadores gráficos, ilustradores y pintores— han ido reflejando a través de los años con sus propias poéticas el béisbol. Todo esto ha ofrecido una visión totalizadora y muy orgánica de la propia producción de la plástica y la gráfica nuestras, o sea, a través del tema de la pelota tenemos, también, una historia del arte referida a este deporte.

Diario de una imagen, de Ediciones La Memoria del Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau, es el cuarto proyecto en que ha trabajado  el profesor Bermúdez y en él hace una especie de historia de vida del cronista de Majadahonda a partir de fotografías que han llegado hasta nosotros y que tiene un valor histórico esencial. En ese libro se relacionan esas imágenes con otras tomadas a figuras históricas como Rubén Martínez Villena, Julio Antonio Mella —a partir de las fotos de Tina Moddotti—  y las de Miguel Hernández, el poeta español, quien fuera amigo de Pablo de la Torriente. Hay una segunda parte que libro que agrupa todas las exposiciones de pintura, de arte digital, de re-fotografías armadas por el Centro Pablo durante una década.
Cuatro empeños editoriales que, por su importancia y necesidad, hay que aplaudir porque la producción artística debe y tiene de ir acompañada de un discurso teórico que la avale y respalde. Sin duda la edición de libros de arte es un imperativo en el mundo de hoy y entraña una importancia per se.