Cuando tus manos duelen
18 de julio de 2014
|¿Quién no conoce esos caminos subterráneos abiertos para establecer la comunicación? Pues, la ciencia se apropio del término y así denomina una enfermedad profesional. Me refiero al síndrome del túnel carpiano (STC), cavidad de forma cilíndrica que atraviesa la “muñeca” y por donde pasa un nervio que, de comprimirse, afecta la sensibilidad y movilidad de la mano.
La incidencia de ese padecimiento aumenta en determinadas profesiones: violinistas, pianistas, o en quienes adoptan posturas forzadas en teclados de computadoras, manipulan cargas, y en general, fuerzan con frecuencia esa articulación.
No obstante, los síntomas del STC también se vinculan a patologías óseas o articulares, -artritis, artritis reumatoidea o la osteoartritis-. Las lesiones de las manos como fracturas, esguinces o torceduras tienen el mismo efecto. Y no se exceptúa la predisposición congénita, con mayor probabilidad en el sexo femenino.
Los síntomas varían, tanto en su aparición como intensidad: hormigueo en los dedos, especialmente, pulgar e índice; adormecimiento de la zona y edema (hinchazón); dificultad para agarrar objetos o cerrar el puño; pérdida de fuerza en la mano y debilidad en los dedos; dolor en la muñeca, palma de la mano y antebrazo, y a veces, su incremento nocturno.
El STC puede presentarse en las dos manos y a medida que progresa, los músculos tienden a atrofiarse, sobre todo, en la base del pulgar.
Por todas esas razones, los expertos recomiendan no retrasar la visita al médico pues un diagnóstico temprano detiene el avance de la enfermedad y evita lesiones irreversibles del nervio mediano.
Hay ejercicios que ayudan a identificar el diagnostico: doblar hacia abajo la muñeca y flexionarla al máximo con el brazo estirado durante un minuto. En esa posición sentirán percutir en el centro de la articulación y en su cara palmar, calambres en los dedos, similares a una descarga eléctrica.
La confirmación del padecimiento se logra con electrofisiología, o sea, el estudio mediante la colocación de electrodos en mano y dedos, que registran la velocidad de conducción eléctrica del nervio.
Determina, además, el grado de la compresión y si están afectadas las fibras sensitivas y/o motoras.
La aplicación de frío local tiende a producir alivio en los casos leves. Pero, solo la cirugía logra la descompresión del túnel carpiano, vía adecuada para casos en que los síntomas duran al menos seis meses y no han respondido a fármacos u otros intentos como la acupuntura, de eficacia no comprobada en estos casos. Solo el yoga suele reducir el dolor.
La intervención quirúrgica con anestesia local es sencilla y ambulatoria. El dolor desaparece enseguida, aunque puede quedar cierta rigidez a nivel de la incisión, para lo que se orienta fisioterapia que restaure la fuerza y movilidad de la muñeca.
Si de prevención se trata, es aconsejable utilizar muñequeras, realizar pausas en el trabajo, hacer ejercicios de estiramientos con las manos y dedos, rotar en distintas actividades. Recomendación directa para quienes se apasionan con su profesión, violinistas, pianistas, remeros, y entre una infinita diversidad de oficios, los “adictos” –dije bien- a la computación.
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