Cronos: sólo el ahora

30 de mayo de 2014

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Estrella Díaz

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Artes plásticas, Carmen Mir, Galería Servando Cabrera

Fotos: Cortesía de la artista
En la calle 42 del habanero y hermoso municipio Playa, está enclavada la galería Servando Cabrera, institución que semeja una herradura y, justamente, por su diseño es muy funcional: allí por estos días y hasta el venidero 13 de junio se exhibe la muestra personal Cronos, de la artista de plástica Carmen Mir.

En entrevista exclusiva al espacio Luces y sombras de Habana Radio, la pintora, dibujante, ceramista y escultora aseguró sentirse “muy satisfecha” de los resultados de Cronos, exposición integrada por seis pinturas — de 130 x 97 cm— y una instalación compuesta por cinco esculturas que forman un todo y que completan el discurso propuesto por la Mir, creadora que actualmente exhibe resultados de alta madurez estética y conceptual. Pero ¿por qué Cronos?
“Desde hace algunos años vengo trabajando la línea de los Muros —que representan la limitación y los conflictos psicológicos que nos impiden ser felices— y Cronos se inserta en ese perfil. Cronos es un personaje obeso que simboliza ese tiempo que pesa, que nos lastima, agobia o deprime y a él le he dedicado toda una serie porque lo considero un icono muy interesante: el conflicto de sentirse contra el tiempo o presionado por él, es algo que nos toca, a casi todos los seres humanos, en algún momento de nuestras vidas.

La serie tiene como protagonista el personaje —que es la síntesis de todo; hay otra obra llamada El grito que es este mismo gordito, en bicicleta y volando y lleva consigo un trozo de pared del que se quiere deshacer. Aquí se plantean las dos opciones de tiempo: el tiempo cronológico y el tiempo universal. También hay otra pieza —Bomba tiempo— que se concentra en lo que el hombre está haciendo en contra del planeta y, al final es el ego quien crea todas estas historias. Atrapado —en el que está el gordito de espaldas al mundo— y está, justamente, asido por lo material y sometido a ese ametrallamiento de información de todo cuanto desastre está ocurriendo en el mundo y lo planteado tiene que ver con la liberación de ese personaje hacia una dimensión diferente.

¿Puedo afirmar que Cronos es consecuencia directa de Muros, serie en la desarrollaste el concepto de lo críptico en el ser humano?
Es como una sub serie: dentro de Muros he hecho varias exposiciones a modo de acápites: está, por ejemplo, Extensiones pétreas que tenía que ver con las cuerdas y los muros, es decir, lo que pesaba y lo que creaba tensión. Posteriormente hice Detrás del muro en la que las personas tenían la posibilidad de levantar un trozo de pared —que era una tela— y ahí leer frases que daban algunas posibles respuestas ante los conflictos que podemos tener. Y Cronos es una serie completamente dedicada al personaje como tal y en el que asumo la escultura.

 
¿Pudiera decirse que ésta es una de tus exposiciones más conceptuales?   
Puede ser y creo que en la medida en que uno va avanzando en la vida, la obra se vuelve más conceptual.

Hablabas del tiempo cronológico y del tiempo universal —que son dos categorías filosóficas, ¿cómo las entremezclas o relacionas?
Precisamente me baso en conceptos filosóficos; estoy en una etapa de mi vida que estimo que lo más importante es el sentido de la existencia humana y es, justamente, la búsqueda de la felicidad. Pero, cuando me refiero a la felicidad la analizo como equilibrio, como un estado interior de paz y la armonización interna de nuestro ser y para eso parto del supuesto de que el tiempo no existe —hipótesis que en los últimos años los científicos están planteando con mucha fuerza. Los seres humanos poseemos unos sentidos maravillosos, pero limitados, incluso percibimos los colores, que no son los reales.
En otras palabras, avistamos como una ilusión y el tiempo es una de ellas. El concepto de Cronos es que existe el ahora, solo el ahora, es decir, que estás viviendo en el presente —aun cuando tengas un reloj y marque un tiempo que, igualmente, es social: uno puede lograr esa paz interior y armonizarla ¿Qué pasa con los seres humanos? A veces vivimos en el pasado o en el futuro, pero el tiempo del ahora, del disfrute del momento, lo perdemos.

 
¿Técnicas?
De todo. Óleo sobre lienzo —al que le incorporo arena para sugerir el tiempo—, acrílico y collage; hay una pieza que tiene pegado varios mecanismos de relojes que, también, insinúan mecanismos mentales que nosotros mismos nos creamos con respecto al tiempo. Es una obra bidimensional que se quiere salir de ese plano…

Desde anteriores exposiciones uno siente te inclinas hacia la tridimensionalidad ¿me equivoco?
Estas esculturas están trabajadas en yeso, papier maché, y resina. Hasta el momento son cinco y cada uno de estos Cronos tiene un color de los chacras o del arcoíris; están suspendidos y andan volando. Es una instalación escultórica que se va a ir ampliando —y en la medida que esto suceda irá creciendo la muestra y será exhibida en otros espacios, como por ejemplo, la Casa del ALBA cultural en La Habana. En el terreno del arte lo más importante es  transmitir una emoción, un sentimiento, porque estamos saturados de tantos conceptos y de tantos pensamientos: es importante dar amor y apelar a las emociones y el arte es el mejor instrumento para ello.

 
¿Documentarás la exposición?
Sí, y cuando hagamos el desmontaje estrenaré un audiovisual —dirigido por Lis Mir, mi hermana— que atrapará todo lo que ha sucedido y que cuenta con música de Lucía Huergo, quien ha compuesto la banda sonora, especialmente, para Cronos; es algo que, también, valoro y agradezco inmensamente. El día de la inauguración se le puso en la muñeca a cada uno de los espectadores un reloj de papel, hecho todo en blanco como para indicar el no-tiempo. Fue algo interactivo y que disfrutamos mucho.