El callejón de los peluqueros
22 de mayo de 2014
|“No hay nada más peligroso
para un barrio pequeño,
que un viejo con memoria…”.
El XII Encuentro Internacional Manejo y Gestión de Centros Históricos, entre sus actividades colaterales, programó una visita al Proyecto Comunitario Santo Ángel, ubicado en la barriada del mismo nombre en el Centro Histórico de la Ciudad; esta iniciativa surgió en 1999, fecha en la que el estilista Gilberto Valladares Reina (Papito) decidió, en su residencia, crear el Proyecto Arte Corte, con el que ha demostrado cómo la peluquería es una actividad que unida a las buenas intenciones y sentido de hermandad puede contribuir a la dignificación del ser humano en todos sus aspectos.
Arte Corte comenzó con el trabajo en solitario de un artista que, poco a poco con la perseverancia y el buen gusto, transformó el espacio además de sitio destinado al embellecimiento personal, en la Casa Museo de la Barbería. Allí atesora en sus paredes obras pictóricas relacionadas con esta profesión, y en sus estantes y vitrinas se muestran distintos implementos (tijeras, frascos, navajas, envases, peines, cepillos, etc.), que se emplean o se han utilizado en distintas épocas.
Pero Arte Corte es mucho más: el Callejón, conocido actualmente como el Callejón de los peluqueros, es la sede del Proyecto Comunitario Santo Ángel. Allí el transeúnte se tropieza, además de lo antes mencionado, con la Galería-Estudio del artista Roberto González; el bar, restaurante y cafetería “El Fígaro”, en honor al célebre personaje de la ópera “El Barbero de Sevilla”, del compositor italiano Gioachino Rossini; dos tiendas, una de ropa artesanal y otra de artesanía; la Escuela de Peluquería; el fondo, actualmente en proceso de restauración, de lo que será en un futuro la Casa Museo Julián del Casal, además de preverse ambientar la bodega, que ofrece el servicio a los vecinos de la colectividad, con diferentes tipos de Cajas Contadoras, que le otorgará un sentido museable al lugar.
Asimismo, Arte Corte ha continuado creciendo acompañado de aportes para la zona, más allá de donde se encuentra. Así nos tropezamos con el Barbe Parque, para el disfrute de la grey infantil; con el remozamiento del comedor comunitario para ancianos desvalidos, sin amparo filial y bajos recursos, y con la reparación de la Casa del Abuelo, ambos en el Callejón de Espada. Todo esto son ejemplos de todo lo que un hombre, con sentido de pertenencia, desprendimiento y noble voluntad, puede impulsar por su barrio y sus semejantes.
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