Comportamientos emocionales en la prevención y control de las enfermedades
20 de junio de 2014
|Habíamos dejado pendiente comentar acerca de algunas actitudes y comportamientos preventivos ante la incidencia que pueden tener las emociones en el funcionamiento del cuerpo.
No es menos cierta la importancia que tiene mantener el equilibrio dentro del proceso salud – enfermedad y de la necesidad de ese estado de satisfacción y bienestar físico y mental que conceptualiza hoy en día al estado de salud, ahora bien, si pretendemos lograr y mantener ese estado de salud de forma integral, balanceada y sostenible debemos tener en cuenta algunas sugerencias que compartimos con usted a continuación.
En primer orden el sueño, es importante, y para lograr que sea reparador debemos crear las mejores condiciones dentro de la habitación, intentar dentro de nuestras posibilidades que sea ventilada, la cama con la mayor comodidad, usar prendas de dormir ligeras, aunque hay quienes prefieren dormir con ropas interiores y en algunos casos sin ninguna, lo importante es que usted se sienta ligero de ropas y cómodo. El sueño contribuye a que aumente su concentración con la consiguiente agudeza mental y el incremento de energías, sobre todo, porque las células nerviosas solo se alimentan con el sueño, por lo que estas horas de reposo contribuyen en gran medida al equilibrio que necesita el sistema nervioso central después de agotadoras jornadas de actividad durante el día.
No se recomienda que en la habitación existan plantas, que duerman animales, que los niños duerman con los adultos en la misma cama, y si existen condiciones que tengan su habitación aparte para buscar mayor privacidad en los padres y a su vez que ellos tengan cierto nivel de independencia que puede contribuir a su auto seguridad. En el caso de los mas pequeños se recomienda que deben dormir no mas allá de las nueve de la noche, pero para ello, es importante crear un hábito de sueño, que se inicia con el aseo personal que todos debemos practicar antes de ir al sueño.
Otro aspecto importante para impedir que las emociones puedan tener negatividad en nuestro cuerpo es el hecho de identificar con la mayor rapidez posible las que le pueden estar afligiendo, porque finalmente, estas afectan el sistema inmunológico, por lo que su salud queda expuesta a resquebrajarse con mayor facilidad. Así tenemos por ejemplo que el enojo, la hostilidad, la tristeza, el resentimiento y la culpa pueden estar incidiendo en nuestro estado de salud, porque abren la puerta de entrada a las enfermedades, no solo a las crónicas a partir de la predisposición a la misma, sino de las infecciones transmitidas por virus que puedan existir en el ambiente donde se mueve la persona.
Es importante intentar siempre expresar sus sentimientos con inteligencia emocional, eso quiere decir hacerlo con sabiduría y sin dejar que sea el hígado el que guíe sus palabras. Ya hemos conversado en otras ocasiones acerca del indiscutible hecho de que la esencia de los seres humanos es su condición social y por ello, las relaciones sociales son imprescindibles para el ser humano por lo que se sugiere el cultivar relaciones sociales, porque el aislamiento y la soledad prolongados detonan enfermedades.
Aprender a perdonar, es el mejor antídoto contra el resentimiento y con esto evitas cargas emocionales innecesarias, por lo que se hace necesario la practica permanente de la tolerancia y mucho mejor la de la aceptación, por supuesto, sin violar principios y valores, pero la no aceptación y el no respeto al derecho ajeno es una de las causas que puede provocar con mayor frecuencia odios, rencores y situaciones difíciles en las relaciones interpersonales y todo esto, incide en el estado de salud.
El equilibrio en la cantidad y la calidad de los alimentos proveen la energía necesaria a su organismo y mente, por lo que se hace necesario mantener las frecuencias alimentarias de desayuno, merienda de la mañana, almuerzo, merienda de la tarde, comida y la cena y tener en cuenta en estas dos últimas que han de ser muy ligeras, ya que en realidad, el valor energético de los alimentos debe ir disminuyendo en la misma medida que va avanzando el día. De ahí ese viejo proverbio que dice, desayunar como un rey, almorzar como un príncipe y comer como un mendigo, siempre buscando el balance en cada frecuencia de alimentos ricos en proteínas, en energías y en vitaminas y minerales. Para ello debes consultar con un especialista en nutrición o en dietética, porque en realidad, cualquier reducción de alimentos no orientada por estos especialistas con el objetivo de perder peso, puede traer trastornos muy graves para el cuerpo y su funcionamiento, además de las alteraciones que en el orden psicológico pueden traer aparejados, como puede suceder también cuando no hay una alimentación balanceada y sobre todo, con los excesos a altas horas de la noche.
Otro de los mecanismos que se utilizan en el control de las emociones, sobre todo en las negativas para que no afecten el estado de salud, es la religiosidad o la espiritualidad o ambas a la vez. No pretendemos decir que para curarnos hay que tener una religiosidad, pero quienes la practican, la buscan como punto de apoyo, sobre todo ante diagnósticos de enfermedades crónicas no transmisibles, las que no tienen cura y afectan significativamente la calidad de vida y que pueden terminar con la muerte.
De todas formas, por esta semana terminamos y dejamos pendiente continuar la próxima semana con estos efectos que puede tener la religiosidad y la espiritualidad en el equilibrio del proceso salud – enfermedad y ante la presencia de emociones negativas que pueden generar desequilibrios en el funcionamiento del cuerpo humano.
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