Entre 2010 y 2014 se han descubierto 169 nuevas especies en la Amazonía

11 de abril de 2014

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Josefina Cao López

“Descubren 112 arácnidos,

12 peces, 10 aves, 10 anfibios,

10 reptiles,cuatro dípteros

y sólo un mamífero”.

El Museo Paraense “Emilio Goeldi”, una de las principales instituciones brasileñas que estudia la Amazonía, dio a conocer que sus investigadores descubrieron entre 2010 y 2014, un total de 169 especies de flora y fauna, justamente ahí, en la mayor selva tropical del mundo. Según el museo, el número de especies descubiertas en los últimos cuatro años es significativo si se tiene en cuenta que en el Catálogo de Especies de Milenio, que publicó en 2012, la institución describió 130 nuevas especies (49 de flora y 81 de fauna) descubiertas en once años (2010-2011) de investigación. El Museo “Emiolio Goeldi” está ubicado en la ciudad de Belém, en el estado amazónico de Pará, es considerado uno de los centros de referencia en estudios de biodiversidad de Brasil y calificado como una de las instituciones más activas en lo que a nuevos hallazgos se refiere.

Los invertebrados son los más comunes y abundantes en la naturaleza, por lo tanto, el hallazgo de 136 de ellos, donde predominan los arácnidos, se corresponde perfectamente con su especificidad y abundancia.

Muchas especies interesantes fueron halladas. Entre estas: una rana pequeñísima, de sólo 16 mm, Allobates grissimilis que forma parte de un grupo de pequeños sapitos muy semejantes entre sí, y que sólo se diferencian en el canto y en algunos detalles de su coloración, se encontró en las márgenes de río Madeira. Una salamandra, Bolitoglossa tapajonica, que es la segunda descubierta en la Amazonía brasileña. La araña terafósida, Munduruku bicoloratum, que ha resultado ser, además, un género nuevo para la ciencia. Tiene un abdomen bicolor muy llamativo.

Entre los peces destaca, Archolaemus ferrerai, una de las cuatro especies de peces eléctricos conocidas y que fue localizada en el río Mucajaí.

Entre las aves, destacó la espectacular  Campylorhamphus cardosoi, conocida como Tupana guadaña, por la forma de su pico. También la hermosísima Hylophylax naevius, popularmente conocida como hormiguero dorsipunteado. Los investigadores esperan aumentar la expectativa encontrar nuevas especies de aves de 20% a un 30%, usando la biología molecular.
Sólo un mamífero fue descrito, el pequeño y expresivo Mico rondoni, especie endémica del estado brasileño de Rondonia, habita un área entre los ríos Mamoré, Madeira y Ji-Paraná. Es significativo, por ser el primer mamífero amazónico  cuya descripción morfológica externa, su cráneo, su ecología, aspectos de su biología molecular y su comportamiento, ha involucrado el trabajo interdisciplinario de varios científicos de diferentes instituciones.
Según el museo, esta especie, ya amenazada por el avance de la deforestación de su hábitat, fue confundida por muchos años con Mico emiliae, pero estudios más detallados, especialmente de morfología externa y cráneo, permitieron concluir que eran diferentes. El tití de Rondon es un miembro del grupo del tití plateado (Mico argentatus) dentro del género Mico. Al igual que los otros miembros de su grupo, su pelaje es generalmente de color gris plateado. El color oscuro de gran parte de su cabeza, la frente y los lados de su cara, contrasta con una mancha blanquecina en el centro de la frente. Además, tiene en sus patas tonos marrones rojizos y casi negros. Su cola es mayormente negra. Su peso promedio es de unos 330 g y su longitud total es de 22 cm sin la cola, la cual mide unos 31 cm. A pesar de ser capaz de tolerar la perturbación de su hábitat, el tití de Rondón posiblemente, es una de las especies más amenazadas del género Mico. La IUCN lo considera vulnerable, aunque se ha sugerido que una categoría más apropiada para él sería: especie con datos insuficientes.
Según los investigadores, otras especies nuevas de primates como el zogue-zogue-rabo-de-fogo, están en estudio.

En la flora fueron descubiertas 13 especies de Angiospermas y una de Briofita.
Este estudio indica, que a lo largo de la historia evolutiva de la Amazonia, algunos ríos han cambiado de rumbo y que muchas poblaciones que una vez habitaron el mismo entorno, quedaron separadas. Esto significa, que individuos de una población, separados por los ríos,  no pudieron volver a reproducirse entre sí, ya que no pudieron cruzar esta barrera y  terminaron restringidos a un lugar en particular. A largo plazo, el aislamiento favoreció la diversificación genética,  se produjeron diferentes especies y subespecies en los bandos opuestos de los grandes ríos, un fenómeno que solamente se describe en esta región. Por lo tanto, se puede afirmar, que los patrones de distribución y diversidad de las especies a lo largo de la cuenca del Amazonas son mucho más complejos y que la diversidad biológica, apuntan los científicos del Museo “Emilio Goeldi”, puede ser aún mayor de lo imaginado en regiones altamente afectadas.
No existe fórmula alguna para descubrir nuevas especies. Pero, algunas cosas mejoran la probabilidad de encontrarlas, por ejemplo, acudir a lugares pocos o no explorados, tanto otras zonas geográficas, así como, en el propio territorio donde  estamos estudiando la fauna del lugar; tener en cuenta las zonas más pequeñas en la planificación ambiental, así podremos evitar que especies endémicas desaparezcan ante nuestra vista. Hay que mirar más escudriñadoramente al suelo y a la cima de los árboles. Emplear a fondo el estudio de la morfología externa, el comportamiento, así como, las vocalizaciones si es que existen. Utilizar además, la ayuda de biología molecular y la genética, que permiten ver que lo que se pensaba que era sólo una especie, resulta que son varias. Todo esto, agiliza y rompe la barrera de utilizar sólo una fuente para identificar y describir especies nuevas.
Cuando el planeta se debate entre el calentamiento global, la destrucción de hábitats, la desertificación, la extinción de especies, la noticia de nuevos aportes a la biodiversidad animal y vegetal, nos regocija a todos los amantes del bienestar ambiental.
Recordemos que…”la Naturaleza inspira, cura, consuela, fortalece y prepara para la virtud al hombre”. Sólo hay un modo de que perdure: respetarla y servirla.