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En defensa de Internet

25 de abril de 2014

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La Conferencia Mundial en defensa de Internet, buscando un cambio en lo que se conoce como “gobernanza mundial” de ese importante y extendido medio de las nuevas tecnologías de la comunicación, acaba de efectuarse en Sao Paulo, Brasil, como continuación de la decidida lucha que el coloso sudamericano viene librando en ese sentido, particularmente desde que hace un año se develó la trama de espionaje llevada a cabo por la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) de Estados Unidos contra una serie de instancias oficiales brasileñas, incluida la presidenta de la República Dilma Rouseff, cuyos teléfonos oficiales fueron intervenidos por la NSA.

La denuncia formulada por el ex agente Edward Snowden, -entre otras muchas,- causó conmoción planetaria y originó la suspensión de una proyectada visita de Rouseff a Washington así como la denuncia de la mandataria ante la Asamblea General de la ONU, sumiendo al gobierno de Estados Unidos en un estado de embarazo y confusión que aún subsiste, sin lograr una respuesta medianamente aceptable o coherente ante semejantes fechorías, que parecen continuar.

Puede decirse que, desde entonces, Brasil ha encabezado un amplio movimiento internacional encaminado a desenmascarar el doble rasero de la diplomacia estadounidense y a la vez realizar una búsqueda entre todos los países para regular los diversos comportamientos ante el uso de las modernas tecnologías, en particular de Internet.

De este modo, el Congreso brasileño aprobó un viejo proyecto que databa de 2009 y ahora fue acelerado tras el escándalo de espionaje con Estados Unidos. Se trata del llamado Marco Civil de Internet que regula la privacidad e igualdad en el uso del espacio virtual, encaminado a asegurar jurídicamente una especie de “neutralidad” del sistema e intentar poner freno a la hegemonía estadounidense  en esa esfera.

Ese Marco Civil fue presentado ante los delegados de 85 países, que concurrieron al Encuentro Sectorial Global sobre el futuro de la Gobernanza de Internet, reunidos en la capital paulista como un primer paso en esta batalla política y tecnológica.

La propia mandataria espiada abrió las sesiones con una enérgica intervención en la que afirmó: “El Internet que deseamos solo es posible en un ambiente de respeto a los derechos humanos, a la privacidad y la libertad de expresión. Los derechos que tiene la gente también deben ser protegidos on line.

Mientras esto ocurría en Brasil, al propio Senado de Estados Unidos llegaba otro hecho delicuencial y sucio vinculado a la utilización, -por parte aparente de la USAID pero en realidad obra de la CIA,- cual es el llamado “Proyecto Zunzuneo”, dirigido a los intentos de subversión y desestabilización contra el orden constitucional de Cuba, mediante mensajes contrarrevolucionarios, denunciado por la agencia de noticias Associated Press (AP).

Otros planes y proyectos de semejante catadura salieron a relucir a raíz de esta denuncia y todos envuelven el uso de las modernas tecnologías de comunicaciones en manos de los servicios especiales estadounidenses.

Mucha razón tiene el gobierno brasileño cuando considera que ese nuevo mundo, para que esté verdaderamente al servicio del conocimiento y de la humanidad, debe ser regulado y no puede quedar exclusivamente en manos del Imperio.

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