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Yuri Gagarin en La Habana. Aniversario 53 de una hazaña sin precedentes (II)

18 de abril de 2014

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“Tributó Cuba un histórico recibimiento a Yuri Gagarin”, señalaron los titulares de los principales periódicos cubanos el 25 de julio de 1961.

Después de haber efectuado su trascendental viaje alrededor del Planeta, Yuri Gagarin, primer cosmonauta del mundo, devino héroe universal y, sin dudas, se convirtió en la persona más popular de la Tierra. Su figura concitaba por doquier una extraordinaria admiración, sustentada por su semblante sereno y lozano. Ni siquiera los grandes ídolos de la música o las estrellas de Hollywood le aventajaron en popularidad en aquellos días. Todos los pueblos se disputaron el honor de tenerle como huésped. En América Latina, Cuba y Brasil ocuparon los lugares más destacados en el recibimiento al Cosmonauta.
El piloto de la Vostok-1 arribó a La Habana cumpliendo con una invitación que, a nombre del pueblo cubano, le había formulado el Gobierno Revolucionario en la persona de Fidel, líder joven, también impregnado de la simpatía y admiración mundiales. La visita tuvo lugar en 1961.

Cohete Vostok

Cohete Vostok

Su arribo a Cuba tuvo lugar a la una y cincuenta y cinco minutos de la tarde del lunes 24 de julio. Una multitud que esperaba expectante no cesaba de aclamarle, y con él vitoreaba a los dirigentes de la Revolución que por entonces sólo llevaba poco más de dos años en poder. Allí estaban Fidel Castro Ruz, en aquel momento Primer Ministro; Osvaldo Dorticós Torrado, Presidente de la República; los miembros del Consejo de Ministros y el Cuerpo Diplomático en pleno que acompañaba a Serguei Kudriavtsev, embajador de la Unión Soviética.
Al momento de su llegada a La Habana, a bordo de un avión Ilushin-18, sobrevino una intensa tormenta eléctrica en la zona del Aeropuerto Internacional “José Martí”, pero ello no empañó en modo alguno el entusiasta recibimiento que el pueblo le prodigó.
El Cosmonauta, sonriente, bajó la escalerilla y tras los saludos protocolares abordó el primero de los doce autos descubiertos donde viajaría la comitiva. Se le sugirió subir la cubierta del vehículo, a fin de protegerle de la lluvia, pero el héroe del cosmos dijo que por nada del mundo consentiría en defraudar al pueblo cubano que había acudido a verle. Los cubanos correspondieron, entusiastas, a lo largo de todo el recorrido de la caravana. La Ciudad se hallaba adornada con modelos de “Sputkiks” y “Vostoks”. Durante el paso de Gagarin eran liberadas bandadas de palomas blancas.
El programa de la visita incluía su participación en las conmemoraciones por el octavo aniversario del asalto al Cuartel Moncada (hecho acaecido el 26 de julio de 1953), a realizarse en la Plaza de la Revolución. A las tres de la tarde dio comienzo el acto, donde le fue otorgada la Orden Nacional “Playa Girón”. Era la primera vez que se condecoraba oficialmente a alguien en ese histórico lugar, y él, el primero en recibir aquella distinción. Fue también la primera vez que el Cosmonauta soviético dirigía la palabra a tan grande muchedumbre, calculada en más de un millón de personas procedentes de cuatro provincias.
Ese día, a las diez de la mañana, había depositado flores ante la estatua de José Martí fijada en el Parque Central de la Ciudad; y después, hacia el mediodía, visitaba el Hospital Militar de Marianao (hoy Hospital Militar “Carlos J. Finlay”) para interesarse por la recuperación de treinta soldados y milicianos que se hallaban convalecientes de las heridas recibidas en los combates de Playa Girón y Playa Larga, acaecidos dos meses antes (abril 17 al 19). Por coincidencias históricas, el ataque hubo de ocurrir pocas horas después del vuelo de Gagarin.
Entre el extenso conjunto de actividades realizadas por el Héroe, sobresalió una conferencia de prensa que tuvo lugar el 27 de julio, a las 9:45 p.m., en el Aula Magna de la Universidad de La Habana. En el encuentro participaron, entre otros, los intelectuales Luis Gómez Wangüemert y Raúl Valdés Vivó, así como los profesores universitarios José Altshuler y Abelardo Moreno. Un grupo de estudiantes, periodistas y otras personalidades asistieron a la trascendente presentación y tuvieron la oportunidad de formular preguntas al admirado navegante del espacio. En la entrevista, premonitoriamente, expresó: “…en un futuro no muy lejano muchos jóvenes soviéticos y de otros países, entre estos Cuba, podrán realizar también viajes al cosmos”. En septiembre de 1980, el pronóstico se hizo realidad con el vuelo del primer cosmonauta cubano.
En su intervención, Gagarin dio detalles del arduo proceso de preparación para el vuelo, y aseguró con impar modestia “a mi me parece que de ninguna manera hacía falta considerarme como un super hombre, y ustedes pueden averiguar esto y probar esto aquí en esta Sala. Yo no soy un super hombre. Soy un hombre sencillo, como cualquiera de ustedes”. Una ovación premió sus palabras.
El 28 de julio de 1961, en horas de la mañana, partió de La Habana Yuri Gagarin. A la una y treinta de la tarde arribó al aeropuerto de Curazao, en escala rumbo a Brasil, donde le esperaba el pueblo de aquel país, para corresponder a una invitación de su presidente Sr. Janio Cuadros.
Lamentablemente, seis años después de su visita a nuestro país, Yuri pereció en un accidente de aviación mientras realizaba un vuelo de entrenamiento el 27 de marzo de 1968. Las autoridades soviéticas no fueron capaces de avizorar que la posibilidad de un accidente fatal existía para él tanto como para cualquier otro piloto, perdiéndose de ese modo la vida de quien había dado gloria a su patria y constituía un símbolo de inconmensurable valor para la Nación.
De la significación que tuvieron su vida y su obra, deja clara constancia el mensaje que, con motivo del trascendental vuelo al espacio exterior realizado por Yuri Gagarin el 12 de abril de 1961, enviase Fidel al entonces Primer Ministro soviético Nikita Jruschov, documento histórico cuyo texto íntegro insertamos a continuación. Obsérvese además, en la parte final, la extraordinaria vigencia de su contenido, aún después de 43 años:

Nikita Serguevich Jruschov,
Moscú.
En medio del eco universal de admiración hacia la Unión Soviética por su hazaña extraordinaria, deseo hacer llegar a Usted, al Gobierno y al pueblo soviético nuestra felicitación más calurosa y expresar el júbilo con que nuestro pueblo, al igual que los demás pueblos del mundo, ha recibido la noticia de esa victoria sin precedentes en el campo de la ciencia y de la paz, alcanzada por el pueblo esforzado, creador y tantas veces heroico de la Unión Soviética, y que deja de ser ya una victoria solo suya para convertirse en una victoria de la humanidad entera, cuyos hombres y mujeres en todos los rincones han recibido con esperanza nunca mayor en un destino de libertad, bienestar y paz.
Fidel Castro Ruz,
Primer Ministro de Cuba.

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