Antiguo Banco de la Libertad

4 de abril de 2014

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Yamira Rodríguez Marcano

A partir de un solar intermedio de la calle Aguiar, hoy 310 entre Obispo y O’ Reilly, en La Habana Vieja, se proyectó la construcción de un nuevo edificio para banco en el año 1918, el cual sería propiedad del Banco de la Libertad, presidido en aquel momento por René Morales. La obra quedaría terminada en 1919, justo a un costado del Banco Gómez Mena.
La dirección facultativa estuvo a cargo de Cristóbal Díaz, y como primeros arquitectos Gustavo E. Urrutia y Oscar Díaz, cuya firma aparece en los planos elaborados por ellos, quienes además se especializaban en edificaciones para climas cálidos. La firma  Arellano y Mendoza se encargó de la obra como contratistas.
Este constaría de una planta rectangular, patio central y posterior, con cuatro niveles y sótano, obra de sillería, ladrillo, hormigón armado y azotea. La planta baja era dedicada al funcionamiento propio del banco y el resto a oficinas para rentar. El sótano además de las bóvedas de seguridad contaría con salones de barbero y manicura. La altura total del edificio es de 20 m de ellos 6,30 pertenecen al puntal del piso bajo.

Tanto la fachada como el interior son profusamente decorados. En este último resaltan las columnas con capitel de yeso, fuste, basamento y zócalo de scagliola, así como el lucernario de vidrios emplomados. Se emplean mármoles, maderas preciosas  como el cedro y rejas de bronce para completar detalles constructivos y ornamentales; cielo raso encasetonado y grandes ventanales al frente. Las puertas interiores son de vidrio y tablero. El revestimiento imitando cantería se emplea en la caja de seguridad y el archivo.
Con una fuerte visual desde su ángulo visible sobresale el pórtico de estilo clásico al centro y de carácter monumental. En general su decoración es de líneas severas con remate superior de cornisa, pero sin dejar escapar pequeños engalanamientos que se mezclan entre sí, apuntando hacia un gusto más ecléctico.
En 1945 se le construyeron habitaciones en la azotea y se le hicieron obras de mejoramiento general por la propia entidad bancaria.
En los años de 1950 aparece registrado como The Chase Manhattan Bank, lo que supone su fusión con la referida casa matriz extranjera antes de esta fecha.
Desde el punto de vista formal, los edificios destinados a bancos, y el de la Libertad es un buen ejemplo,  cambiaron la fisonomía de la ciudad trayendo como consecuencia el desplazamiento de los elementos compositivos de la arquitectura colonial por códigos apropiados a sus funciones y símbolos del poder económico que los identificaba. Se valdrían entonces del lenguaje ecléctico, ya fuera de filiación neoclásica, renacentista o deudor de la escuela de Chicago y la arquitectura neoyorkina, y posteriormente de un discurso moderno, racional y sobrio.

Luego de un último remozamiento el edificio se exhibe con un tono en su fachada que remeda aquel exigido por las Ordenanzas de Construcción entonces vigentes. Es actualmente una agencia del Banco Nacional de Cuba lo que ha favorecido su buen estado de conservación.