En La Habana buen cine español a pesar de la crisis

11 de diciembre de 2013

Nadia Herrada Hidalgo

Cine español, Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, Gracia Querejeta

España atraviesa la “crisis” hace ya varios años, según indican los expertos. Su industria cinematográfica, como la sociedad toda, también se encuentra en un momento difícil. A la agravante financiera internacional se suman varios factores internos que entorpecen, desde hace ya algún tiempo, la producción fílmica. En estos momentos los tres ejes básicos del proceso: exhibición, distribución y producción se suman a la profunda depresión. Producto de ello un reducido porcentaje de las cintas en taquilla corresponden a las creaciones locales. Resultado: una industria en decadencia y un público ávido de su cine, tanto en territorio nacional, como fuera de este.
Sin embargo, a pesar de la triste situación, los cubanos podremos disfrutar en el cine La Rampa, durante los días del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, de más de una decena de filmes provenientes de ese país. Una vez más, el comité organizador de la fiesta del séptimo arte en La Habana pone al alcance de los espectadores las más recientes y novedosas propuestas cinematográficas.

Para empezar los cinéfilos podrán disfrutar de lo mejor de la filmografía española en este 2013. Tendrán a su disposición, y en pantalla grande, 15 años y un día, la cinta seleccionada por la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España para representar al país en la categoría de mejor película en lengua no inglesa en los próximos Premios Oscar. Este drama con una gran dosis de suspense, dirigido por Gracia Querejeta, retrata las relaciones entre un irreverente nieto adolescente y su abuelo, un militar ya retirado, que deberán aprender a vivir juntos y enfrentar sus miedos.
La cinta de Querejeta ya fue ganadora de la Biznaga de Oro al mejor largometraje en el decimosexto Festival de Cine de Málaga y de otros premios en este mismo certamen. También fue seleccionada para representar a España en la 56 edición de los Premios Ariel de la Academia de México. Esta mujer, una de las directoras ibéricas más destacadas, tiene ahora un gran reto por delante: romper la mala racha del cine español en los Oscar, pues desde que Alejandro Amenábar se alzó con la estatuilla por Mar adentro en el 2004, ninguna otra propuesta ha sido nominada, quizás esta sea la oportunidad.
Además, el público podrá apreciar otras dos de las películas preseleccionadas para los Oscar. Una de ellas es Caníbal, coproducción dirigida por Manuel Martín Cuenca, quien en forma de thriller psicológico narra la historia del sastre más prestigioso de Granada, pero también un asesino que no tiene remordimiento, ni culpa hasta que Nina aparece en su vida. La otra es Alacrán enamorado, una propuesta basada en la novela homónima escrita por Carlos Bardem donde se pone de manifiesto que sí se puede cambiar de vida. Manuel Martín Cuenca en su segundo largometraje decidió apostar por una fábula urbana en la que vence el amor.
Otra excelente obra es El artista y la modelo (2012), según algunos críticos, la versión más intimista del multipremiado director Fernando Trueba. La cinta, rodada en blanco y negro y en francés,  reflexiona sobre la vida y la muerte, la juventud y la vejez y sobre la belleza en tiempos de horror, como fueron los de la Segunda Guerra Mundial. En esta película resalta la visualidad pues lo primordial se narra a través de imágenes y sonido ambiente, renunciando a muchos diálogos y, sobre todo, a una de las grandes obsesiones de Trueba: la música. En esencia este es, a decir de su director, un filme “sobre el sentido y la necesidad del arte”.
En la muestra española también hay un espacio reservado para el cine documental. En este género destaca Ignasi M. (2013) la película 25 del director, productor y guionista Ventura Pons y además su tercer documental. Pons conoció a su protagonista, un reputado museólogo, hace casi 30 años, y le pareció que él podía retratar la realidad actual con humor y franqueza, a pesar de llevar a cuestas múltiples problemáticas. El famoso restaurador de arte gay se encuentra en un momento de dificultad total, pero a pesar de ello intenta sobreponerse y disfrutar cada minuto de su vida. A lo largo de esta cinta se abordan temas como la homosexualidad, el sida, la crisis, la creatividad, la paternidad, la familia, el amor, la esperanza y la independencia de Catalunya. En la misma cuerda documental encontramos la ópera prima de Andrea Zapata-Girau, Guitarra de palo, filme sin diálogos ni voz en off en el que la música habla por sí misma y la guitarra flamenca es la protagonista. Andrea realizó este proyecto, rodado durante cuatro años en varios países, junto al compositor y guitarrista flamenco Antón Jiménez. Guitarra de palo reúne a algunas de las grandes figuras del flamenco actual y sus fusiones y además cuenta con el diseño de sonido de Pelayo Gutiérrez, ganador de tres Goyas y Nacho Royo-Villanova, también premiado en este certamen una ocasión.
Sobre la temática adolescente se presentan dos títulos. Uno de ellos Los niños salvajes (Els nens salvatges) de Patricia Ferreriro, premiado en el Festival de Málaga, es un filme a favor de esta etapa de la vida y de la educación pública, en el que se habla sobre la incomprensión, la incomunicación entre hijos y adultos, sobre el comportamiento, los valores morales y la violencia. Por su parte, Fill de Caín, basado en el best seller Querido Caín de Ignacio García Valiño es un thriller psicológico en el que su director, Jesús Monllaó, intenta huir del cliché del “niño diabólico” e “investigar los límites de la perversidad”. Esta cinta, protagonizada por un adolescente obsesionado con el ajedrez, ganó el Premio Ópera Prima del Festival de Málaga y el Premio del Público en el Festival de Tudela.
Otra de las óperas primas es La herida de Fernando Franco quien consiguió el Premio Especial del Jurado en el Festival de Cine de San Sebastián entre otros galardones, y cuenta, de manera interesante, la historia de una joven que aparentemente lleva una vida normal, pero tiene dificultades para relacionarse con los demás, lo cual le produce profundas heridas que la afectan psicológicamente. Mientras, el joven director Alberto Rodríguez nos acerca al género policíaco con Grupo 7, un juego de traiciones, lealtades y sentimientos ambientado en Sevilla en los años 80.
La comedia llega de la mano de Pedro Almodóvar, con Los amantes pasajeros, quien prefirió regresar a la ligereza de sus inicios y al género que lo lanzó a la popularidad. Esta comedia absurda pudiera carecer de interés para el espectador que busca la agresividad estética del multipremiado director o la solidez emotiva de sus creaciones. Por otra parte, Una pistola en cada mano, también con matices cómicos, resalta por la calidad de las actuaciones en un filme que retrata las carencias, debilidades y otras “virtudes” de los hombres de hoy y de algunas mujeres a través de un reflejo de su vida amorosa. Estas son las propuestas cinematográficas de la muestra del cine español en este 35 Festival. A pesar de la crisis lo mejor de la filmografía del país ibérico está hoy presente entre nosotros.