Precauciones con el uso continuo de antiácidos

30 de agosto de 2013

Los antiácidos son sustancias generalmente de carácter básico, que actúan contra la acidez estomacal. Estos alcalinizan el estómago aumentando el pH del medio gástrico.
El bicarbonato de sodio es uno de los antiácidos más antiguos que se conocen, aunque existen muchos más. Estos se han venido usando por siglos para el tratamiento de la dispepsia y trastornos de acidez estomacal.
Los antiácidos son bases débiles, por lo que desarrollan básicamente un mecanismo de reacciones de neutralización al reaccionar con el ácido estomacal y formar agua y una sal. De esta forma hacen función de tampón químico de los ácidos gástricos, aumentando el valor del pH en el estómago, reduciendo así la acidez estomacal.
Los antiácidos son un buen tratamiento para la acidez gástrica que no sucede con mucha frecuencia, pero si se administran de manera constante pueden producir efectos negativos para la salud.
Es preciso tener en cuenta que el ardor de estómago frecuente puede apuntar a una condición crónica o presencia de enfermedad de reflujo gastroesofágico, por lo que tomar antiácidos frecuentemente puede enmascarar un problema más serio de salud.
Los antiácidos también pueden cambiar la manera en que el cuerpo absorbe otros medicamentos y entre los efectos secundarios comunes que pueden causar se incluyen dolores de cabeza, náuseas, estreñimiento o diarrea.
Por tal motivo, lo más recomendable es no ignorar el ardor de estómago acudiendo al uso de antiácidos de forma continua y hablar siempre con el médico de familia antes de tomar antiácidos regularmente.