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Y de la corrupción, ¿qué?

23 de septiembre de 2013

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México está envuelto hoy en la gran discusión sobre las reformas que impulsa el  presidente Enrique Peña Nieto, quien pretende que se aprueben o darles un fuerte impulso en lo que queda de año.  Por lo pronto, el Congreso aprobó una reforma educativa, que ha sido protestada fuertemente en el centro de la capital por miles de maestros que ven en peligro sus empleos.
Peña Nieto ha estado contando con la bancada de su partido, el Revolucionario Institucional (PRI), y el opositor de derecha Acción Nacional (PAN), aprovechando en parte la división de la izquierda.
El gobierno afirmó que la delincuencia ha ido disminuyendo, pero aún hay dos estados donde esta campea, Michoacán y Guerrero, y entidades estadounidenses indicaron que hay sospechas de que la menor violencia en los norteños se debe a que el gobierno del PRI acordó una tregua con los jefes narcotraficantes, quienes no han dejado de recibir armas por la frontera con Estados Unidos.
En el caso de México, la corrupción es endémica, y los sectores más señalados son los partidos políticos, policías, funcionarios de los tres niveles de gobiernos y personal del Poder Judicial.

DE CORRUPTOS Y CORRUPTORES

Según el informe Barómetro Global de la Corrupción 2013 de la organización Transparencia Internacional, México está ubicado en la posición 105, del lugar 89 en el 2009, lo que revela a las claras el agravamiento del cohecho.
Se ha comprobado que los sectores energético, de la construcción y farmacéutico son los más vulnerables. Las compañías consultadas reconocieron que se ven obligadas a simular los sobornos que pagan como parte de su contabilidad y cubrirlos a través del uso de facturas falsas.
La participación de policías y militares en serios abusos de derechos humanos, incluyendo asesinatos, tortura y desapariciones, así como impunidad y corrupción, son un problema en México. Incluso, en el 2012, los generales Tomás Ángeles Dauahare y Roberto Dawe González por sus presuntos nexos con el crimen organizado. Sin embargo, ambos personajes ya se encuentran en libertad.
El 91% de los habitantes considera que los partidos políticos son extremadamente corruptos, seguidos por los policías con 90%.
Ninguna institución social o política estuvo cerca de ser calificada con bajos índices de corrupción, y los medios de comunicación, la industria y el sistema educativo también son considerados como corruptos, al igual que los militares, el sector de la salud y las organizaciones no gubernamentales.
En el 2010 directivos empresariales y del Foro Económico Mundial afirmaron que la corrupción es una práctica que se mantiene por las fallas e ineficiencias de los gobiernos, y su costo en México equivalía entonces a 9% del Producto Interno Bruto (PIB), mientras las empresas erogaban hasta 10% de sus ingresos en sobornos.
Durante el sexenio pasado, la Secretaría de la Función Pública (SFP) impuso distintas sanciones a más de 49 000 personas por actos de corrupción, hecho que cuenta con un sinfín de ejemplos en México y que parece no tener fin. La inhabilitación de funcionarios de Petróleos Mexicanos y ligados al monumento Estela de Luz es de los casos más sonados.
El 91% de los mexicanos considera que los partidos políticos están afectados por la corrupción. El 26 de junio pasado, Felipe Muñoz Vázquez, procurador de Aguascalientes, reveló que la organización mafiosa La Familia Michoacana financiaba algunas campañas políticas del Partido Acción Nacional (PAN). Por su parte, este acusó al PRI de ganar “a la mala”, a través de la repartición de dispensas y uso de programas sociales.
El 90% de los habitantes considera que la policía es extremadamente corrupta, y el 61% aceptó haber sobornado a un uniformado, con tal de evitar trámites engorrosos, multas o hacer frente a las sanciones.
Los funcionarios públicos, con 87%, se ubican en el tercer sitio de corrupción, en tanto el 80% de los mexicanos ubica en cuarto lugar al sistema judicial. Cuando en el 2006 murió el ex ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Ernesto Díaz Infante, esperaba ser sentenciado por segunda ocasión por los delitos de cohecho y contra la administración de justicia. En el 2003 fue condenado a ocho años y seis meses de prisión por haber recibido un soborno de 500 000 dólares y usar sus influencias para obtener la libertad del empresario Alejandro Braun, quien en 1986 violó y asesinó a una menor de seis años en Acapulco, Guerrero.

DESCHAMPS, LO MÁS NOTORIO

En este rubro sobresalen dos casos: el senador y dirigente interino de Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), Carlos Romero Deschamps, cuyo tren de vida es por demás ostentoso. Según los medios, posee tres yates, maneja el gremio con opacidad, sus hijos viven entre lujos y en el 2012, votó la Reforma Laboral sin leerla.
Los medios de comunicación, con 55%, se ubican en el sexto lugar de corrupción. Este año, el reconocimiento de los editores de periódicos al gobernador de Veracruz, Javier Duarte, a principios de abril por su “defensa a los periodistas”, causó sorpresa y enojo. Con Duarte han sido asesinadas 14 personas entre reporteros y fotógrafos, mientras que unos 30 más salieron del Estado.
El sector privado y las empresas se ubican en el séptimo puesto, con 51%. En el 2010, el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado reportó que las empresas destinan el 10% de sus ingresos para el pago de •”mordidas”. El 43% de las instituciones religiosas son consideradas corruptas, empatando con las organizaciones no gubernamentales y el sistema educativo.
Además, las estadísticas muestran que el 72% de los mexicanos encuestados considera inefectivas las acciones que el gobierno ha empleado para combatir la corrupción. En este contexto, el presidente Enrique Peña Nieto pretende que PEMEX acepte inversiones privadas para lograr supuestos avances, mientras que la izquierda alerta que lo que se debe hacer es eliminar la corrupción dentro, lo cual ayudaría a su desarrollo y la mantendría como la única empresa mexicana.

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