Avivar la pasión de leer

16 de septiembre de 2013

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Fernando Rodríguez Sosa

El tema, a lo largo de las últimas décadas, no ha dejado de preocupar, y ocupar, al mundo contemporáneo. La problemática es, a la vez, bien simple y bien compleja: cómo incentivar, ante la arrolladora avalancha de las nuevas tecnologías, el antiguo hábito de leer.

Son diversos los empeños que han tratado, con mayor o menor suerte, de que el libro, más allá de los indudables aportes de la era digital, no deje de ser ese instrumento de placer y conocimiento que, desde tiempos inmemoriales, ha acompañado, y enriquecido, la vida de la humanidad.

En Cuba, desde hace más de medio siglo, cuando se publicaban, en cuatro tomos, las aventuras y desventuras de Don Quijote de la Mancha y su fiel escudero Sancho Panza, para así iniciar el sistema editorial de la isla, se cuentan por decenas los intentos de mantener a la lectura como protagonista del acontecer cotidiano.

Gracias a la feliz iniciativa del infatigable periodista, poeta y promotor cultural Reinaldo Cedeño, se han dado a conocer ahora, en Santiago de Cuba, los galardonados de un singular certamen que, por sus nobles propósitos, se inscribe en esa necesaria aspiración de estimular, mediante novedosas iniciativas, el interés por leer.

Porque el fin del Concurso Caridad Pineda In Memoriam de Promoción de la Lectura es, precisamente, reconocer esa rica y fértil relación que se establece entre el libro y el lector, ese diálogo fecundo que solo se logra cuando se hojean las páginas de una obra y se reciben lecciones, saberes, enseñanzas…

Los resultados de esta segunda edición del concurso, convocado en tributo a Caridad Pineda, prestigiosa maestra santiaguera, poeta natural e incansable defensora del hábito de leer –quien este año 2013 hubiera cumplido ochenta años—, demuestran la validez de esta convocatoria.

Entre más de un centenar de textos, de autores de diez provincias del país, el jurado –integrado por Daysi Cué, Teresa Melo y Eric Caraballoso— otorgó el Gran Premio al poeta y narrador José Orpí Galí, por su relato Memorias de Noé, que recrea el ambiente del cuento Monólogo de Isabel viendo llover en Macondo, de Gabriel García Márquez.

El Premio de la Tercera Edad correspondió a Raúl Simón Lauzán, de La Habana, con Siempre Corazón, sobre el libro Corazón, de Edmundo de  Amicis; mientras que el Premio Autor Novel fue concedido a Anays Almenares Ávila, también de la capital, con Somos una nación o no somos nadie, acerca del libro La breve y maravillosa vida de Óscar Wao, de Junot  Díaz.

La mención especial del concurso era para Rosaida Savigne Sánchez, de Santiago de Cuba, y las menciones se otorgaban a David Martínez Balsa, de La Habana, y Rodolfo Tamayo Castellanos y Mabel de la Caridad Aguilera Rodríguez, ambos de Santiago de Cuba.

En este Concurso Caridad Pineda In Memoriam de Promoción de la Lectura, auspiciado por la Asociación Cubana de Bibliotecarios (ASCUBI) y la emisora Radio Siboney, se entregaba, asimismo, un reconocimiento especial al texto Retoños de almendro, de Gipsy Caridad Salas Beatón, de Santiago de Cuba, acerca de la antología de narraciones para niños preparada por Eldys Baratute.

Una lectura marcó mi vida es la afirmación que, cada año, servirá para invitar a los interesados en participar en este certamen que, más allá de metas, consignas, programas, puede convertirse en una inteligente iniciativa para fomentar, estimular, incentivar, la imprescindible práctica de la lectura, tanto como fuente de disfrute como de vehículo para el aprendizaje.

“Leer nutre” aseguraba, en proféticas palabras, el Héroe Nacional José Martí, quien también escribía, en La Opinión Nacional, el 19 de mayo de 1882, que “la lectura estimula, enciende, aviva, y es como soplo de aire fresco sobre la hoguera resguardada, que se lleva las cenizas, y deja al aire el fuego”.

El II Concurso Caridad Pineda In Memoriam de Promoción de la Lectura resulta una enriquecedora experiencia que, desde el amor y el compromiso, como soplo de aire fresco, contribuye al urgente e imprescindible empeño de estimular, encender, avivar, la hermosa pasión de leer.