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El extraño mediador

2 de agosto de 2013

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Por lo general, la función de mediador en cualquier conflicto o discrepancia requiere una condición evidente de imparcialidad y equidistancia, -aceptada por todas las partes envueltas, sean dos o más, -que permitirá el desarrollo justo y equilibrado de las negociaciones requeridas y llegar a conclusiones finalmente satisfactorias para todos y a la solución del diferendo en cuestión.

En cuanto a las tan publicitadas negociaciones entre el Estado de Israel y la Autoridad Nacional Palestina, (que no incluyen a las autoridades palestinas establecidas en la franja de Gaza por parte del movimiento  Hamas) se produce el caso nada frecuente de que los aparentes mediadores, -el gobierno de Estados Unidos, -resultan los más furibundos, comprometidos y vehementes sostenedores de Israel y sus políticas, lo cual evidentemente lo inhabilita para jugar cualquier papel necesario de un mínimo de objetividad.

Las conversaciones, no obstante, comenzaron en Washington donde curiosamente han tenido lugar también los encuentros de Camp David y otros durante décadas pasadas, algunos de ellos al más alto nivel y rodeados de esperanzas que rápidamente se desvanecieron ante la intransigencia de los gobiernos ocupacionistas israelíes y la clara imposibilidad y falta de voluntad del “mediador” estadounidense, aceptados en el papel por parte de la entidad sionista.

Cada una de tales negociaciones a lo largo de las últimas décadas culminó en el fracaso y, por el contrario, a partir de ellas crecieron la represión y el desprecio de las autoridades ocupacionistas por todo cuanto significara cierta tolerancia o permisividad a la cautiva población palestina, se extendieron los asentamientos ilegales en los territorios ocupados y siguieron llenándose de presos palestinos las cárceles israelíes.

En esta ocasión, ocurren bajo el régimen de Obama y recién llegado a la secretaría de estado yanqui el senador John Kerry, a quién se atribuye como un logro haber obtenido estas conversaciones a partir de coyunturas particularmente tensas meses atrás entre el presidente de Estados Unidos y el premier israelí Netanyahu, quién pugnaba por arrastrar a la Casa Blanca en una agresión militar contra Irán.

Los azarosos desplazamientos de Kerry a uno y otro lado obtuvieron, -según medios de prensa israelíes y de la región,- ciertas concesiones mutuas que destrabaron por el momento el cierre total de diálogo y propiciaron al menos el inicio de estos contactos iniciales y exploratorios, que deberán extenderse a lo largo de nueve largos meses en busca de resultados concretos.

Israel, por su parte, anunció la liberación de 104 prisioneros palestinos gradualmente a lo largo de ese tiempo y mientras duren las conversaciones, en cuatro fases que serán evaluadas una por una y ratificadas por el Parlamento; tras una difícil y dividida votación dentro del Consejo de Ministros (13 a favor, 7 en contra y 2 abstenciones) se llegó al acuerdo de vincular y condicionar la liberación de presos con el desarrollo de las conversaciones.

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