ribbon

Agustín Lara el poeta del amor y el recuerdo (II)

4 de diciembre de 2024

|

 

lk

 

Para los primeros años de la década de 1940, Agustín regresa a La Habana, esta vez invitado por la poderosa radioemisora RHC Cadena Azul, aquí se le entregó como señal de distinción –como había ocurrido antes con el compositor boricua Rafael Hernández—, la batuta de la orquesta “Havana Riverside”, para que la dirigiera, de la mano de su director, Enrique González Mantici.

Los estrechos vínculos de Agustín Lara con Cuba, crecieron enormemente, hasta madurar composiciones musicales de tal manera, que se unieron finalmente, a lo que la critica profesional calificó como “ciclo de canciones y boleros tropicales”, concebidos en hermosos textos poéticos revestidos por un renovador concepto armónico-melódico-cadencial a lo habanero-veracruzano.

Entre otras canciones y boleros inspirados por el “músico- poeta”, siempre recibidas con perenne agrado por los públicos habaneros, se relacionan, “Veracruz”, “Palmeras”, “Revancha”, “Último beso”, “Oración Caribe”, “Señora tentación”, “Sortilegio”, “Clave Azul”, “Noche de ronda”, “Mujer”, “Cada noche un amor”, “Aventurera”, “Pervertida”, “Piensa en mí”, “Palabras de mujer”, “La cumbancha”…, en que la presencia de la clave y polirritmia cubanas asumen, preeminencia identificativa de lo eminentemente antillano.

Esto motivó al compositor cubano, Roseadito Ruiz (hijo) a expresar: “ (…) Agustín Lara, sin ocultar su admiración por la música cubana, creó un estilo de bolero muy personal con un sello inconfundible, que produjo una interrelación entre nuestros dos pueblos, y ciertamente Lara con su estilo literario y su trazado melódico, influyó en compositores cubanos de la época (…)”.

Además, Agustín Lara, como genuino veracruzano, compuso danzones inspirados en muchos de sus boleros empleando para ellos con maestría el imprescindible “cinquillo cubano”.

Con Agustín Lara, en México se intensificó notoriamente la presencia del bolero cubano en el marco del piano, buscando algunos acercamientos con la creación de los maestros cubanos, René Touzet, Orlando de la Rosa, Candito Ruiz, Mario Fernández Porta, sin despojarse ni un ápice, de su inconfundible estilo y autentica mejicanidad.

Tampoco se descarta en esas afinidades, la del maestro Ernesto Lecuona, cuando este último, al igual que Lara, se inspiró en los paisajes y ciudades de España, aunque en lenguajes musicales diferentes, como sucede con las inspiraciones del “flaco de oro”, de “Granada”, “Toledo”, “Madrid”, “Sevilla”, “Valencia”, “Peteneras”, “Murcia”, “Sevilla”, “Clavel Sevillano”, “La Carmen del Chamberí”…

Galería de Imágenes

Comentarios