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Creando caos

25 de septiembre de 2024

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Visible la mano de Estados Unidos para azuzar a la OTAN contra Rusia, mediante Ucrania, poniendo al mundo al borde de la hecatombe nuclear; o para respaldar a Israel en su genocidio contra el pueblo palestino y los  crímenes contra el libanés para llevar la guerra a todo el Medio Oriente.

Esto es lo más visible, apenas inocultable del quehacer imperialista que, sin embargo, tiene disimiles formas ocultas para crear caos y aprovecharse de ello.

Y es que las denominadas operaciones especiales de Estados Unidos a nivel mundial no solo han cesado, sino que han aumentado.

Con todo, se trata de una guerra global secreta que permanece mayormente escondida al público, para que nadie haga algo en contra.

Este tipo de acción se incrementó desde el 2014, cuando el Lobo Feroz imperial se disfrazó de Caperucita, y alentó al presidente francés, el seudosocialista Francois Hollandé, y a la canciller alemana, Ángela Merkel,  a firmar con Ucrania y Rusia el Acuerdo de Minsk, para supuestamente buscar la paz en la región. Ello fue aprovechado para engañar a Moscú y superarmar a los neonazis de Kiev, que se dedicaron a bombardear durante ocho años zonas fronterizas con mayoría de población rusoparlante.

El periodista norteamericano Nick Turse cuenta en un artículo publicado en TomDispatch que el Pentágono desplegó esas fuerzas en 133 países, con misiones que comprendían “desde redadas nocturnas con el fin de matar o capturar a alguien, hasta ejercicios de entrenamiento. Pero esto sigue siendo poco conocido, ya que es escondido de la supervisión externa y del escrutinio de la prensa.

“Para los jefes de las operaciones negras, el mundo es tan inestable como interconectado”, explica Turse, que define su solución a esta “inestabilidad entrelazada” como “más misiones en más países”.

Estas fuerzas han estado implicadas  en torturas en Iraq, así como en las numerosas muertes de civiles en Afganistán, Yemen, Paquistán y Somalia.

En una declaración, la Coalición A.N.S.W.E.R. (Act Now to Stop War and End Racism), grupo norteamericano compuesto por muchas organizaciones antiguerreristas, expresó:

“Aquí vemos un ciclo en el que EE.UU. crea caos y luego utiliza ese caos como una justificación para mantener una presencia militar a largo plazo en las regiones que cuentan con grandes recursos naturales y son geoestratégicamente importantes desde el punto de vista del Imperio”.

Tal situación se está observando cada vez más fuerte en Sur y Centro de nuestro continente, con el fin de utilizar a regímenes dóciles contra los rebeldes a la penetración de Estados Unidos que, entre otras cuestiones, teme a la cada vez mayor presencia de China en lo que aún considera su patio trasero.

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