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José Martí ante el periodismo de Juan Gualberto Gómez

12 de julio de 2024

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No creo equivocarme si atribuyo buena parte de la confianza martiana para entregar a Juan Gualberto Gómez la organización de la conspiración patriótica a lo largo de Isla a su ejercicio periodístico de enfrentamiento y denuncia de los males del sistema colonial español en Cuba, particularmente a su desempeño al frente de La Fraternidad y La Igualdad, periódicos ambos que Juan Gualberto creó y dirigió en La Habana. El primero de ellos lo fundó en 1879, tras su regreso a la patria luego del Pacto del Zanjón y tuvo corta vida, pues fue apresado por estar involucrado en la Guerra Chiquita y se le deportó a Ceuta, posesión española en el norte de África, y posteriormente a Madrid. Al permitírsele retornar a Cuba en 1890 volvió a editar La Fraternidad, muy pronto clausurado, junto con un nuevo encarcelamiento durante ocho meses. La Igualdad se inició en 1891 y tuvo corta vida.

Martí publicó en Patria sendos escritos dedicados a cada periódico. El 16 de abril de 1892 incluyó el titulado La Igualdad y lo califica como “un periódico democrático moderno para la defensa de las libertades y los intereses permanentes de la sociedad cubana y de los ideales de justicia, cultura, engrandecimiento y libertad de la raza negra de la Isla de Cuba.” Añade, además, que La Igualdad “viene a mantener las ideas de Juan Gualberto Gómez, fijadas en aquel prospecto de La Fraternidad, firme y generoso, que hace tantos años leyó La Habana entera con admiración. De “aquel hijo humilde, de aquel recién llegado del frívolo París, de aquel alumno favorito de los liceos y la alta prensa que arrancaba en formas maduras una doctrina que en hombres de años tan pocos solo pudo nacer de la previsión y la benignidad que distingue al genio.”

Es de apreciar la madurez que Martí le otorga al Juan Gualberto de veinticinco años que inició La Fraternidad más la intima relación de continuidad que establece entre aquella publicación inicial y, pasados doce años, con La Igualdad. Y ha de observarse también el respeto martiano y la solidaridad martiana hacia este otro esfuerzo de un hombre ya maduro en su talento y personalidad, con un aprendizaje de la vida en prisiones y deportaciones, alejado d la patria y la familia. Por ello culminaba su comentario en cuanto a La Igualdad con este análisis del nuevo periódico:

“No venía a levantar cólera, sino a impedir que se levantaran, con el remedio seguro de la justicia; no venía a hacer armas contra la libertad, del accidente infortunado del color, sino a poner el color con la libertad, aun por encima de los desdenes más pueriles e imprudentes; no venía a exigir derechos especiales para los cubanos de color, sino a convidar que se pensase sobre la inconveniencia de que los cubanos de un color tuviesen derechos especiales sobre los de otro. Esto viene a defender La Igualdad. Sea bienvenida.”·

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