Diplomacia yanqui: aislada y desprestigiada
27 de febrero de 2024
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Los resultados arrojados por la reciente votación del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas referidos a la solicitud de Argelia para el logro de una resolución vinculante de alto el fuego en cuanto al genocidio que lleva a cabo Israel en la Franja de Gaza, confirman la situación de aislamiento total y desprestigio generalizado en que se encuentra la diplomacia engendrada por el gobierno imperialista de Estados Unidos en cuanto a este importante e influyente conflicto que conmueve hoy al mundo y ensombrece sus perspectivas.
Independientemente de su signo político, cultural o religioso, los países que actualmente se sientan alrededor de la mesa de dicho Consejo -el más importante órgano ejecutivo de Naciones Unidas y el de mayor autoridad- ejercieron su voto en favor de un inmediato y urgente cese al fuego, que permita el inicio de negociaciones serias y responsables conducentes a la búsqueda al menos incipiente de un arreglo temporal del conflicto, que termine con la masacre sangrienta y el exterminio de la población civil inocente llevada a cabo por el estado sionista israelí, que de este modo ignora y se burla de cuantas legislaciones, convenciones y acuerdos legislan y están vigentes en este ámbito del derecho internacional. Puede afirmarse que -como señaló el presidente brasileño Lula da Silva- desde los tiempos del holocausto de Hitler contra el pueblo judío no se recuerda nada semejante.
Es por eso que no pocos se preguntan y no hallan una lógica ni sensata explicación, al hecho de que el gobierno imperialista de Estados Unidos, instalado actualmente en Washington, se haya dejado arrastrar ciegamente y sin el menor escrúpulo hacia el abismo terrorista criminal y sin límites al que le ha empujado el régimen sionista, convirtiéndolo en cómplice de la barbarie e inhabilitándolo para abrir la boca ni ser respetado mínimamente en cuanto al tema de los derechos humanos, tan socorrido por la diplomacia yanqui.
La pérdida absoluta de autoridad moral o de asidero legal por parte del gobierno de Estados Unidos es el más relevante resultado de su política de apoyo y complicidad hacia el genocida Netanyahu y los suyos que, de este modo, chantajean burdamente a la administración yanqui haciendo uso de compromisos ocultos y desconcertantes que el mundo no conoce pero que tampoco conoce la población estadounidense, testimoniante asombrada de este holocausto televisivo.
La supuesta y engañosa “guerra contra el terrorismo” proclamada por el gobierno de Estados Unidos se viene también abajo definitivamente, cuando en los hechos se demuestra con claridad meridiana y a la vez sangrienta del lado de quién se han alineado los gobernantes del imperio yanqui en un afán desesperado y confuso por la hegemonía y el saqueo del Medio Oriente, que se les va de las manos.
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