Las cinco guerras de Biden
29 de diciembre de 2023
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Tal como se ha confirmado sobradamente por la vida y por la historia -a lo largo de siglos-, los Estados Unidos de América y la sociedad bajo su signo edificada como expansión de las 13 colonias inglesas de América del Norte, identificaron y propiciaron a la violencia sobre propios y extraños como el método fundamental para alcanzar su prosperidad, crecimiento y el supuesto bienestar y felicidad de sus pobladores.
Historiadores honestos y profundamente estudiosos no han faltado en ese país para hacer el análisis detallado de esa realidad desde su surgimiento hasta el día de hoy, como Philip S. Forner, a pesar de que la divulgación de su obra y sus análisis no hayan logrado ser de la mayoría y hayan sido sistemáticamente obstruidos y distorsionados por las clases dominantes, que sostienen desde entonces el carácter imperial y sus ambiciones desmedidas sobre el resto del mundo, lo que han llegado a considerar como “un derecho divino” que deben ejercer sin piedad.
Un ejemplo vivo y contemporáneo de esas falsedades es la forma en que pretenden alterar sin pudor ante el propio pueblo estadounidense y la humanidad toda, las verdaderas razones que llevaron al desencadenamiento de la Segunda Guerra Mundial, ocultando sus causas más profundas y disfrazando otras así como alterando o simplemente mintiendo acerca del papel de los diversos ejércitos participantes, reduciendo o ignorando el relevante papel del Ejército Soviético en aquella infortunada contienda que el propio imperialismo generó con vistas a apoderarse luego de los frutos del triunfo militar logrado con el aporte de todos los aliados.
La presencia de los Estados Unidos de América en el mundo, -desde su surgimiento.- como “país de la guerra”; “envuelto en guerras”; “propiciando guerras” o desarrollando una “economía de guerra” que supuestamente favorezca el nivel de vida de su población, no ha cesado desde hace más de dos siglos y ha experimentado las más diversas variantes y cursos de acción, siempre encaminados a consolidar su papel imperial y los privilegios y beneficios insaciables de sus clases dominantes.
Tanto las administraciones demócratas como republicanas han servido de fachada en estos casos, desenmascarándose como semejantes puntales del mismo sistema, en medio de una sucesión secular que ya no engaña a nadie.
Siguiendo esa lógica, es que el actual gobierno imperialista presidido por Joe Biden se ha visto involucrado simultáneamente en cinco guerras aparentemente bilaterales pero de proporciones y consecuencias mundiales. En la larga historia bélica de ese país, posiblemente constituya un verdadero récord.
En Ucrania y Oriente Medio (Siria y Gaza) lo hace de manera militar y más directa, incluida presencia de tropas sobre el terreno mientras que sobre Israel prevalecen la ayuda económica-militar hasta el rango nuclear. En cuanto a Rusia y China, se desarrolla una política sostenida de cerco, amenaza y agresión acompañada de una campaña mediática sin precedentes que busca reproducir con nuevos medios técnicos las ideas de las campañas anticomunistas de la “guerra fría”. Todo va acompañado de sanciones económicas propias y las que trata de extender en su aplicación por parte de socios asustadizos como la Unión Europea.
Las cinco guerras de Biden están en pleno desarrollo.
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