Huracán de Sagua y Cárdenas y su papel en la historia de Cuba
1 de septiembre de 2023
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De los tres huracanes que azotaron a Cuba en 1933, el segundo concentra la mayor relevancia e historicidad; no solo por su gran intensidad, sino por la connotación política y social de los eventos acaecidos tras su paso.
Surgido el 22 de agosto en el océano Atlántico, devino tormenta tropical el 25. Cuatro días después, al norte de Islas Vírgenes, se convirtió en huracán, moviéndose al oeste y el oeste-noroeste, e intensificándose notablemente. En la madrugada del 1 de septiembre, el ojo del sistema tocó tierra en Caibarién, y continuó rasante sobre el arco insular barriendo a Sagua la Grande, Rancho Veloz, Sierra Morena, Corralillo, Cárdenas y Varadero. A más de los daños causados por la increíble fuerza del viento, las marejadas generaron inundaciones sobre el litoral septentrional, que alcanzaron a La Habana… Hemos calculado, en cifras generales, 150 víctimas mortales en toda la zona azotada, incluyendo 40 veraneantes en cayo Cristo, al norte de Isabela de Sagua, a quienes no llegó aviso alguno sobre el ciclón. En la franja septentrional de Villa Clara y Matanzas 16 grandes centrales fueron destruidos.
Dieciocho días antes, el 12 de agosto, había huido de Cuba Gerardo Machado, tras detentar el poder por cinco años. El tirano fue reemplazado por Carlos Manuel de Céspedes y Quesada, un individuo pusilánime y manejable que percibió en el huracán la oportunidad de adquirir capital político, visitando a los damnificados en Cárdenas y otras poblaciones. Su salida de La Habana facilitó que un grupo de clases y soldados, coaligados con sectores políticos activos, dieran un golpe de estado el 4 de septiembre de 1933, hecho esencial en la denominada “Revolución del Treinta y Tres”. De aquella revuelta emergió Fulgencio Batista, que 19 años después entronizó una dictadura cruenta y corrupta, finalmente derribaba por la Revolución el 1 de enero de 1959.
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