El consenso de Brasilia y sus probables derivaciones
5 de junio de 2023
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Mientras fuerzas militares intervencionistas estadounidenses se aprestaban a desembarcar en Perú -llamadas por el régimen de facto impuesto en ese país como consecuencia de la destitución y encarcelamiento del presidente constitucional electo Pedro Castillo-, se celebraba en Brasilia la importante Cumbre de presidentes suramericanos convocada por Lula contando con asistencia total, mostrando impresionante poder de convocatoria y liderazgo por parte del líder brasileño.
La situación es, por tanto, paradójica a simple vista, pues a la vez que los mandatarios suramericanos dan una muestra de integración y coordinación basada en la “unidad en la diversidad” y actúan en la defensa de sus intereses nacionales y regionales, se hace cada día más evidente que el gobierno imperialista de Estados Unidos se niega a admitir que los tiempos en que América Latina y el Caribe eran su “patio trasero “, bajo el dominio de la repudiada Doctrina Monroe, ya han pasado.
Por otra parte, es también perceptible que queda aún mucho en disputa para que la región pueda proclamarse totalmente libre de la injerencia imperial yanqui y entrar de lleno en una etapa de segunda independencia. Diríamos que al pensamiento de José Martí y a la espada de Simón Bolívar, a la obra y al recuerdo de los precursores y próceres les queda todavía un buen trecho por andar.
El Consenso de Brasilia ha sido un paso adelante y firme en ese sentido -según lo afirmado por algunos de los presidentes asistentes- que reconocieron la necesidad y utilidad de la cita y de los acuerdos tomados; ahora se debe seguir la hoja de ruta trazada y el cumplimiento de los plazos aprobados.
El llamamiento a una Cumbre Amazónica en agosto próximo y la reactivación de la Unión de Naciones del Sur (UNASUR) se encuentran entre las decisiones más urgentes y, al menos hasta el momento, los doce países involucrados han dado su voto a favor.
Para el gobierno imperialista de Estados Unidos son malas noticias, como cada vez que en cualquier región del mundo los oprimidos toman conciencia de su situación desgraciada y se ponen de acuerdo para resistir y derrotar las intenciones de dominio hegemónico procedentes de Washington.
El dramático y a veces violento cambio en la correlación de fuerzas internas de cada país y su reflejo en la correlación regional de política exterior es un elemento decisivo a tomar en cuenta para avizorar lo que podría ocurrir en el futuro. Ello supone que la naturaleza de los cambios pueda hacerse irreversible y eviten un regreso a los tiempos neocoloniales de la OEA agonizante.
Numerosas señales indican hoy que el poder imperial desesperado ante la pérdida de sus dominios puede ser capaz de llegar a los peores y más agresivos extremos. El Consenso de Brasilia, la reactivada UNASUR y una potente CELAC, deben seguir construyendo las defensas de independencia de Nuestra América.
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