EE.UU. “oficializa” su agresión a Siria
18 de junio de 2013
|Ante la desbandada de las fuerzas opositoras por el empuje del ejército sirio, Estados Unidos “oficializó” la abierta entrega de armas a terroristas y sus anexos, alegando falsamente que ya “comprobó” la utilización de armas químicas por el gobierno de Bashar al Assad. Para nadie es un secreto que las satrapías árabes del Golfo enriquecían las arcas de las empresas bélicas norteamericanas con el fin de armar a la disímil oposición a Al Assad, cuyo gobierno es el único árabe opuesto consecuentemente a la política practicada por Estados Unidos e Israel en la zona.
El anuncio del presidente norteamericano, Barack Obama, se hizo poco después de que en las operaciones de limpieza de terroristas en la zona de Al Qusayr, el ejército sirio capturó un comando israelí completo y el vehículo en el que se desplazaban cargado de materiales de telecomunicaciones. De los once militares hechos prisioneros, dos se encuentran heridos.
No ha quedado ahí la cosa: en la desbandada mercenaria, se hallaron lanzaderas de mortero israelíes, del mismo tipo utilizado repetidamente contra barrios residenciales de Damasco
Más aún, en otra operación se produjeron varios intercambios de disparos en la frontera desmilitarizada de Los Altos del Golán, la zona que los sionistas han ocupado a Siria y el Líbano y que se niegan a devolver desde 1967. Un vehículo de Tel Aviv fue destruido cerca de la localidad de Quneitra, cuando iba a reunirse con terroristas en el pueblo de Beér Ajam, donde integrantes de Al Qaeda se han atrincherado con apoyo israelí.
MENTIRA Y SOSPECHA
La falacidad del pretexto estadounidense fue señalada por Rusia, que especificó que es ilógico e irrazonable que Damasco utilice armas químicas en su territorio, al tiempo que indicó la sospechosa demora de una comisión de Naciones Unidas para comprobar la situación al respecto en el terreno.
No se sabe exactamente que tipo de armas están siendo enviadas “legalmente” a la oposición, pero se habla de que son “muy efectivas y letales”, al tiempo que aviones F-16 y misiles estadounidenses eran emplazados en territorio fronterizo de Jordania, cuya monarquía abrió dos corredores aéreos, con el fin de que drones israelíes espíen territorio sirio, con vistas a un masivo ataque.
Es decir, toda una combinación que pudiéramos calificarla de demencial, porque si analizamos esa oposición, veremos que está compuesta por fuerzas presuntamente opuestas: extremistas islámicos, entre ellos salamis, wahabis y Al Qaeda, y aquellos que obedecen más directamente a Occidente: miles de mercenarios libios y grupos turcos, que penetran desde Turquía e Iraq, porque ya ha sido cortado el paso desde El Líbano. A ello se suma que el gobierno de Egipto rompió relaciones con Siria, plegándose -no hace falta decirlo- al deseo de Estados Unidos.
Pero la conspiración antisiria va más allá, si examinamos el asunto “ideológico”: las fatwas (sermones) dictadas por clérigos de Arabia Saudíta aseguran que merece más la muerte un shiíta o un alauíta que un hebreo, porque los primeros eran traidores al Islam por practicar un rito diferente al de los fundamentalistas suníes (wahabítas o takfiríes).
Ahora EE.UU., subrayo, dice que enviará armas a esa oposición, pero desde el principio la apoyaba militarmente con sus aliados de Francia y Gran Bretaña, toda una combinación que era exaltada por los espacios desinformativos occidentales como “fuerzas democráticas” que luchan por las “libertades”.
Condenan al gobierno y hablan sólo de los muertos de los mercenarios y no de los casi 100 000 muertos que ha provocado esta agresión, en su mayoría civiles, incluidos unos 2 000 niños.
Detrás de esto se mueve la intención de Estados Unidos, su aliado Israel y las monarquías del Golfo de acabar con la alianza Siria-Irán, e imponer un mayor cerco sobre este último país, que ha enviado un barco de guerra al puerto sirio de Tartus, donde se encuentran otros navíos rusos, y subrayado que Damasco no está solo.
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