Margarita Lecuona
23 de septiembre de 2022
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Hoy dedicaremos esta columna a Margarita Lecuona, compositora, guitarrista y cantante, que nació en La Habana, en 1910 y fallecería en Nueva Jersey, Estados Unidos de Norteamérica, durante 1981.
Como parte de su preparación académica, recibió clases de canto y de piano de Julia Lucignani y Eulalia Santana, respectivamente, y asimismo estudió en la Escuela de Guitarra de Pro-Arte Musical con la profesora Clara Romero de Nicola. En esa sociedad fue alumna, además, de la Escuela de Ballet dirigida por el bailarín y maestro ruso Nikolai Yavorsky, de cuya institución danzaria privada más tarde también sería profesora. Esto le permitió, hacia 1939, fundar una academia de ballet en coordinación con la radioemisora CMQ, donde trabajó más de un año en la formación de jóvenes talentos triunfadores en el programa de participación popular La Corte Suprema del Arte».
A su paso por Pro-Arte Musical también estudió en la Escuela de Declamación, dirigida por los talentosos actores españoles Jesús Tordesillas, primero, y Guillermo de Mancha, después. Con su elenco asumió personajes de puestas en escena realizadas en el Auditórium de «Las flores», «La reja», y «Pipiola» (Hermanos Álvarez Quintero), «Rosa de otoño» (Jacinto Benavente), «El azar» (Francisco Oliver) y «Canción de cuna» (Gregorio Martínez Sierra).
Pero todo lo anterior eran inquietudes de su temperamento no encaminado todavía por la verdadera senda, la cual sería, según declaró ella, «[…] por el corazón, por la mente, por la voluntad, por el gusto… por mi vida toda, la música». En los inicios de su trayectoria en tal campo profesional creó su primera pieza: el bolero Soñadora. Empezó a cantar en distintas radioemisoras, acompañándose ella misma con su guitarra o secundada por orquestas. Integró un dúo con Olga Luque y después el conjunto Lecuona Cuban Girls, con el cual se presentó en centros nocturnos, teatros y emisoras de radio, tras recibir la aprobación de un primo que admiró, quiso y siempre llamó tío: Ernesto Lecuona.
Debido a sus éxitos como autora de Tabú y Babalú, entre otras páginas, se le tributó un homenaje en el teatro Fausto el 22 de junio de 1942, en el que actuaron Rita Montaner, René Cabel, Zoraida Marrero, Hortensia Coalla, Blanquita Amaro, la Orquesta Casino de la Playa… Un lustro después, ya casada con el actor argentino Pepe Armil (José María Armillas), fijó su residencia en Buenos Aires. Desde allí viajaría a Chile, Uruguay, Bolivia, Perú, Brasil y México, actuando en canales de televisión, plantas de radio, teatros y cabarets.
Permaneció en esa faena varios años y obtuvo buen éxito con sus obras. Regresó a La Habana a principios de 1955. Dio un recital en la sede del grupo Teatro Experimental de Arte (TEDA), en el cual la acompañó el pianista y compositor Frank Domínguez. Al siguiente año, actuó en once funciones de la pieza teatral «Crimen en la Isla de las Cabras», de Ugo Betti, presentada en la sala Farseros por la compañía de la actriz Chela Castro, bajo la dirección de Daniel Farías. En 1957 formó un trío con los jóvenes cubanos Michel Montes y Joe Casino. Al llegar el decenio de los sesenta determinó residir en Estados Unidos de Norteamérica.
Aunque su catálogo autoral era extenso, entre sus principales composiciones —aparte de Babalú y Tabú— se destacarían Gangá, Amor Caribe, La canción de las Palmas, Eclipse, Dime, señor, por qué, No hace falta decirlo, Renace un amor… Babalú integró la banda sonora de la película brasileña «Filme de Amor» (2003, dir: Julio Bressane), en tanto que Tabú se encuentra presente en las de los largometrajes norteamericanos «Desi Arnaz y su Orchestra», «Dos Niñas y un Marinero» (1944, dir: Richard Thorpe), «Silent Movie» (1976, dir: Mel Brooks), «Días de radio» (1987, dir: Woody Allen), «Mrs. Doubfire» (1993, dir: Chris Columbus) y «Rat Race» (2001, dir: Jerry Zucker).
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