¿Qué es la inteligencia emocional? (II)

28 de junio de 2013

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Raúl Fuillerat Alfonso

Continuando con la conversación iniciada la semana anterior sobre la inteligencia emocional, habían quedado pendientes algunos aspectos relacionados con el tema que en esta oportunidad pretendemos intercambiar.
La importancia de las emociones en su estrecha relación con la razón reside en el hecho de que entre el sentir y el pensar, son ellas las que controlan las decisiones que se puedan tomar, porque las emociones controlan el proceso de razonamiento y pueden capacitarnos o no en cuanto a los pensamientos que pueden fluir en ese momento.
Se plantea la existencia de dos cerebros, uno pensante y otro emocional. El primero influye en nuestras emociones, pero igualmente cuando hay un exceso de estas, es el cerebro emocional quien asume el control de la situación. Además de dos cerebros, también tenemos dos tipos de inteligencias, la racional y la emocional y nuestro funcionamiento vital esta determinado por ambos.
Daniel Goleman, un  destacado estudioso de la inteligencia emocional considera que la inteligencia racional no puede predecir el éxito en la cotidianidad de la vida del humano, ya sea en la familia, en el trabajo, en el estudio, en los negocios, en el desempeño profesional, en la toma de decisiones o en cualquier esfera de la vida en que se desarrolle y concluye Goleman con una máxima que quiero compartir con ustedes y que les sirva como punto de  partida para la mayor comprensión de la inteligencia emocional: “El Coeficiente Intelectual no es la mejor predicción del desempeño exitoso futuro. La inteligencia pura no garantiza un buen manejo de las vicisitudes que se presentan y que es necesario enfrentar para tener éxito en la vida”.
En realidad – y eso usted lo ha vivido de cerca- la Inteligencia intelectual tiene poco que ver con la vida emocional. Usted en algún momento ha conocido personas muy inteligentes académicamente y que se pierden en la más sencilla situación que la vida les presente.
No es menos cierto que existen otros factores como la capacidad de motivarse y persistir frente a decepciones, controlar el impulso, regular el humor, evitar que los trastornos disminuyan la capacidad de pensar, mostrar empatía, etc., que constituyen un tipo de inteligencia diferente a la racional y que influye más significativamente en el desempeño en la vida.
La “Inteligencia Emocional” prioriza el papel preponderante que ejercen las emociones dentro del funcionamiento psicológico de una persona cuando ésta se ve enfrentada a momentos difíciles y tareas importantes: los peligros, las pérdidas dolorosas, la persistencia hacia una meta a pesar de los fracasos, el enfrentar riesgos, los conflictos con un compañero en el trabajo. En todas estas situaciones las personas se involucran emocionalmente lo mismo en una acción que culmine de modo exitoso o contrariamente, interferir negativamente en el desempeño final. Cada emoción ofrece una disposición definida a la acción, de manera que el repertorio emocional de la persona y su forma de operar influirá decisivamente en el éxito o fracaso que obtenga en las tareas que emprenda.
Este conjunto de habilidades de carácter socio-emocional es lo que Goleman definió como Inteligencia Emocional, refiriéndose a  la capacidad para reconocer sentimientos propios y ajenos, y la habilidad para manejarlos, estimando que se puede organizar entorno a cinco capacidades: conocer las emociones y sentimientos propios, manejarlos, reconocerlos, crear la propia motivación, y gestionar las relaciones.
La Inteligencia Emocional se divide en dos áreas, la inteligencia intra-personal que no es más que la capacidad de formar un modelo realista y preciso de uno mismo, teniendo acceso a los propios sentimientos, y usarlos como guías en la conducta y la inter-personal que fundamenta la capacidad de comprender a los demás; qué los motiva, cómo operan, cómo relacionarse adecuadamente, es la capacidad de reconocer y reaccionar ante el humor, el temperamento y las emociones de los otros.
Existen peculiaridades que caracterizan a la llamada inteligencia emocional, pero de ellas les propongo conversar en otro momento.