Carmen Miranda en La Habana de los 50 (I)
24 de agosto de 2022
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Dicen que para la famosa vedette Carmen Miranda la vida era un carnaval, aunque sus íntimos la describían como una mujer frágil, víctima de los sedantes.
De pequeña estatura, rubia y chispeante en exceso, con sus grandes sombreros de frutas y sus zapatos con altísima plataforma, María Do Carmen de Cunha y Miranda, su verdadero nombre, fue la brasileña más popular en el mundo durante las décadas del 40 y 50 del siglo veinte.
Y sin embargo, nació en Portugal, en 1914, en medio de una familia lusitana, que emigró al gigante sudamericano cuando la pequeña apenas tenía un año.
Su visita a La Habana en julio de 1955 fue todo un suceso que hizo época.
Desde muy temprano ella soñó con ser artista pese a la oposición familiar. Un programa de radio de Río de Janeiro la lanzó a la fama y le permitió llegar a Estados Unidos en 1939.
Con gran éxito se presentó en varios espectáculos musicales en Broadway -donde la aclamaron como “la bomba brasileña”- y se trasladó a Hollywood, donde rodó 14 películas entre 1940 y 1953.
Para 1945 se convirtió, en la actriz mejor pagada de Hollywood, por encima incluso de Humphrey Bogart o Cary Grant. Y como cantante, vendió más de 10 millones de discos en todo el orbe de canciones tan populares como “Mamá yo quiero” o “Tico-tico”.
Fue la primera personalidad latina con una estrella en el paseo de la fama de Hollywood.
Lo suyo era la frivolidad, la alegría y su sonrisa picaresca. “Arrolladora tromba rítmica y colorida” -como la describió el cubano Reynaldo González-, hechizaba a las multitudes donde quiera que se presentara.
Algunos la consideran precursora del tropicalismo -movimiento que se popularizó en Brasil durante los años 60- y exportadora de la cultura musical sudamericana al ámbito internacional, fue una actriz, bailarina y cantautora con una vida exitosa.
Sin embargo, su vida dio una vuelta para acabar con una muerte trágica y prematura. Pero en la Habana de julio de 1955, su actuación hizo época.
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