Teatro musical (II)
19 de agosto de 2022
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Continúo hoy mi comentario acerca de los teatros cubanos en cuyo escenario, la música era fundamental.
El teatro Tacón (convertido después en Nacional y más tarde en García Lorca) se construyó por iniciativa del acaudalado Francisco Marty y Torrens, apoyado por el entonces presidente de Cuba, Miguel Tacón, en la entonces habanera Alameda de Isabel II (denominada después: Paseo del Prado), entre San José y San Rafael. Por sus grandes dimensiones, se inauguró con seis bailes de Carnaval en 1838. Aunque después su escenario fue ocupado por una compañía dramática española, a partir de 1846 sucedió al Principal como sede de las compañías de ópera italianas y francesas, y las de zarzuela española. Luego de pasar por varios dueños, en 1909 fue vendido a la Sociedad Centro Gallego de La Habana, y en 1962 fue nacionalizado, convirtiéndose en sede de las compañías de ópera y ballets.
El teatro Villanueva fue construido por Miguel Nin y Pons, y estaba situado en la habanera calle Zulueta, entre Colón y Refugio. Se inauguró con el nombre de Circo Habanero, en 1847, con un baile de máscaras, y seis años después se convirtió en Villanueva en honor del Conde de ese nombre, Claudio Martínez de Pinillos. En ese teatro se presentaron obras dramáticas, óperas y zarzuelas, pero lo más importante era la presencia del género vernáculo, pues en 1868 actuó en su escenario la primera compañía de Bufos Cubanos que, al año siguiente, protagonizó la histórica tragedia que se desencadenó mientras se representaba la obra: “El perro huevero”, cuando los españoles dispararon al público con resultados catastróficos. A partir de ese momento el teatro fue cerrado y más tarde demolido.
En otras ciudades del país también se crearon teatros que se convirtieron en sedes importantes de la música, como el Principal, en Camagüey y el Sauto, en Matanzas.
El teatro Principal fue diseñado por el arquitecto Juan Jerez, y su inauguración se produjo el 2 de febrero de 1850, con la ópera “Norma”, de Bellini, a cargo de la compañía de José Miró; aunque mantuvo este género en su escenario, los voluntarios españoles lo ocuparon durante la guerra de 1868, en represalia por las actividades patrióticas que allí se desarrollaban
El teatro Sauto fue creado por iniciativa del Liceo de Matanzas, y su arquitecto fue el italiano Daniel Dall’Aglio. Lleva su nombre porque el presupuesto para su construcción fue asumido por Ambrosio Sauto, aunque inicialmente se llamó Esteban, en honor al brigadier Pedro Esteban, gobernador de Matanzas. Fue inaugurado el 26 de abril de 1863 con las obras: “A buena hambre no hay pan duro”, de Milanés, y “El hombre del mundo”, de Ventura de la Vega. Con el tiempo se convirtió en importante escenario del teatro musical. Lugo de ser restaurado, se volvió a inaugurar el 27 de julio de 1969.
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