Consejos para aplicar la hidroterapia
2 de agosto de 2022
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La hidroterapia como técnica curativa se basa en la utilización del agua como agente terapéutico, en cualquier forma, estado o temperatura, sustentado precisamente en la capacidad que tiene el agua para transmitir el frio o el calor y así producir reacciones específicas en cada individuo.
En sus múltiples y variadas posibilidades, la hidroterapia es una valiosa herramienta para el tratamiento de muchos cuadros patológicos como son los traumatismos, el reumatismo, los problemas digestivos, respiratorios o neurológicos, entre otros.
El uso del agua como elemento curativo data de la época antigua. Los primeros en utilizarla fueron los egipcios, pero el máximo auge coincidió con los griegos y los romanos, tal como se demuestra en los restos de baños encontrados.
El agua tiene varias propiedades terapéuticas que son la base del tratamiento en la alteración que sufre el paciente. La propiedad dinámica del agua hace posible incrementar el retorno venoso en el organismo y ejercer un efecto relajante sobre el paciente cuando se aplica a presión a través de grifos. Su propiedad mecánica permite incrementar la temperatura del cuerpo a través de los masajes y por sus propiedades químicas hace posible la adición de un gran número de componentes con efecto terapéutico que también potencian los efectos curativos del agua.
Todas estas propiedades del agua contribuyen al alivio y curación de diversas enfermedades por medio de la presión ejercida sobre el cuerpo, de los baños simples o con la adición de determinadas sustancias, del efecto de propulsión de arriba hacia abajo y de acciones localizadas, consiguiendo actuar sobre el metabolismo, el sistema nervioso y la circulación sanguínea.
Los tratamientos de hidroterapia se pueden aplicar a través de baños, los cuales pueden ser totales o parciales y fríos o calientes según el tipo de aplicación que se quiera dar.
Si se desea practicar hidroterapia con agua caliente, los baños de vapor son un método excelente. El vapor del agua permite abrir los poros del cuerpo y limpiar sus impurezas. Luego de veinte minutos de aplicado el vapor, debe lavarse el cuerpo con agua fría para refrescar la piel y cerrar los poros. Sus resultados pueden verse en poco tiempo, contribuyendo a disminuir la celulitis cuando también se sigue una dieta adecuada.
Los baños de asiento son una forma de hidroterapia combinada que se recomienda para los problemas de estreñimiento, hemorroides o vejiga.
Después de aplicada la hidroterapia, fundamentalmente en forma de baño, solo deben secarse los cabellos y el rostro y dejar el resto del cuerpo húmedo envuelto en una manta, permaneciendo acostado por un espacio de tiempo suficiente para favorecer la relajación de todo el cuerpo.
A parte del efecto mecánico y térmico producido por la hidroterapia, esta también produce un claro efecto psicológico en afecciones en las que el agua facilita el movimiento o disminuye las resistencias, de manera que el individuo puede realizar movimientos o acciones que de otra forma no podría ejecutar.
En general, la aplicación de hidroterapia con agua fría provoca una sensación de estímulo o vigilia y cuando se realiza con agua caliente propicia un estado de somnolencia, sedación y sueño. Cada uno de estos efectos pueden resultar muy beneficiosos según el tipo de afección que aqueje al paciente.
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