La izquierda dividida en la Francia… dividida
28 de abril de 2022
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Tal como el primer libro de lectura para aprender latín contaba que la Galia estaba dividida en tres partes, así acaba de suceder tras las elecciones presidenciales francesas, con una derecha que se dice falsamente centrista que logró reelegir al candidato de la OTAN y los banqueros Emmanuel Macron en segunda vuelta, venciendo a una cada vez más fuerte ultraderecha, representada por Marine Le Pen.
En la otra rueda del triciclo quedó la agrupación progresista Francia Insumisa, de Jean Marie Mélenchon, quien pudiera haber discutido la presidencia y hasta obtenerla, si las otras agrupaciones de izquierda, entre ellas el Partido Socialista y el Partido Comunista, lo hubieran apoyado.
La Francia Insumisa partió con una intención de voto del 10% a comienzos de marzo, pero en pocas semanas se situó en alrededor del 20%, pese al protagonismo mediático abrumador de las fuerzas de la derecha y la ultraderecha. El entusiasmo suscitado alrededor de la candidatura de Mélenchon se expresó también en mítines de masas con decenas de miles de personas: en París (130 000 participantes), al término del cual se cantó La Internacional; Marsella (70 000), Toulouse (70 000), Lille (25 000), y miles más en otras ciudades.
En medio del fulgurante ascenso de Mélenchon en las encuestas, los medios de comunicación burgueses iniciaron una campaña histérica salvaje contra él –similar a las llevadas a cabo en España contra Unidos Podemos– calificándolo de “comunista peligroso”, “agente bolivariano y castrista”, asociándolo a Venezuela y Cuba.
Esto coincidió, además, con las maniobras desestabilizadoras de la oposición contrarrevolucionaria en Venezuela con manifestaciones, choques con la policía y asesinatos de grupos paramilitares opositores. Sin duda, esto debió jugar algún papel en contener el avance de La Francia Insumisa entre una capa vacilante en la última semana de la campaña, que era el objetivo buscado por este deshonesto plan de terrorismo mediático.
También queda por evaluar el impacto que tuvo el atentado terrorista en París, con un policía muerto, tres días antes de las elecciones. Sin duda, esto reforzó el voto de la derecha (Le Pen y Fillon) y de algún modo debió perjudicar a Mélenchon, que se ha opuesto a la criminalización de la población musulmana y de los refugiados.
LO QUE SE OCULTA
Hay un hecho que ocultan todos los comentaristas burgueses, y es que las fuerzas situadas a la izquierda del Partido Socialista superaron en votos al Frente Nacional de Marine Le Pen. Así, La Francia Insumisa (19,58%) y las candidaturas de los dos pequeños grupos de la llamada “extrema izquierda” –Nuevo Partido Anticapitalista, NPA (1,09%), y Lutte Ouvrière (0,64%)– consiguieron en conjunto 7 687 895 votos (21,31%) frente a los 7 679 493 del Frente Nacional (21,30%).
Esto desmonta el mensaje unilateral de la prensa burguesa, y de amplios sectores de la izquierda europea, del giro “xenófobo” y “ultraderechista” de la sociedad francesa, cuando en realidad existe una polarización a derecha e izquierda que refleja el fermento e inestabilidad política generados por la crisis capitalista global. Y, sobre todo, la búsqueda de una alternativa radical por millones de trabajadores y jóvenes franceses.
En junio llegan las elecciones legislativas, por lo cual ahora de lo que se trata es de convertir la Francia Insumisa en un potente movimiento político, con estructuras democráticas, y asegurar la máxima representación parlamentaria del movimiento en las elecciones a la Asamblea Nacional de junio.
Las fuerzas progresistas están comprometidas con un programa socialista que proponga la nacionalización, bajo control de los trabajadores, de las palancas clave de la economía, y movilizar en las calles contra los programas y propuestas reaccionarias, tanto de Le Pen como de Macron.
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