Entrega al arte cubano y permanente creación

23 de abril de 2022

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Gabriela Ortiz

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Alfredo Sosabravo, Cuba, Cultura, Ediciones Boloña, FILCuba2022, Literatura, Museo de la Cerámica, Oficina del Historiador de La Habana

Fotos: Alexis Rodríguez

 

 

Las creaciones de Alfredo Sosabravo propagan la vibra y la fuerza en el color y el gesto. Esta mañana en el Museo de la Cerámica Contemporánea se presentaron dos catálogos de Ediciones Boloña que reúnen su arte – diverso y plural – en forma de libro. “Sosabravo sobre papel” y “Sosabravo a todo full color” son dos textos de gran formato, presentados con la participación del artista, de la Directora de Ediciones Boloña Magda Resik y del editor y curador René Martínez Palenzuela. Ambos catálogos son unión de su labor y contribución a las artes en Cuba.

 

 

El espacio que acogió los presentadores posee ejemplares de las piezas creadas por Alfredo Sosabravo; de este modo el sitio y la ocasión fueron cómplices para motivar al artista, quien al inicio se mostró tímido ante el público presente, a compartir sus historias y emociones. La oportunidad de escucharlo y rendir homenaje a su obra, durante estos días de la Feria Internacional del Libro de La Habana, responde a la voluntad de la dirección de Ediciones Boloña, de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana (OHCH), de promover la literatura y la bibliografía producida en torno a la creación cerámica en Cuba, tradición artística de una larga historia en el país.

 

 

Los catálogos de Sosabravo, “hombre de una juventud infinita y de una sonrisa eterna”, como lo presentó Magda Resik, contienen distintos acercamientos a la vasta creación del artista. Los libros que se han publicado sobre su obra, a cargo de René Martínez Palenzuela, se han organizado atendiendo a las distintas técnicas empleadas por el creador. En este caso, “Sosabravo sobre papel”, se dedica, como su nombre indica, a sus creaciones sobre papel, y “Sosabravo a todo full color” a su pintura.

 

 

De acuerdo a lo expresado por la Directora de Ediciones Boloña, es un placer inmenso contar con esas publicaciones que perpetúan la obra del maestro; libros que son evidencia de un esmerado y cuidadoso trabajo de Palenzuela y que representan formas también de proteger el patrimonio.

 

 

 

El editor y gestor de estos textos anunció una próxima publicación, que de seguro será de interés para los seguidores de Sosabravo; un proyecto sobre sus trabajos volumétricos, tanto en bronce, en vidrios de Murano y en cerámica. Esta promesa garantiza la permanencia de la obra del artista y la posibilidad para los aficionados de acceder a un recorrido por valiosas creaciones que revolucionaron el panorama artístico, en particular la cerámica moderna en Cuba.

 

 

Las palabras de Sosabravo en esta mañana, a la medida de su labor creativa, filtran su humildad y su apego al arte como razón de vida. Agradeció la publicación de estos catálogos que preservan su obra, pues defiende el valor de un libro para la cultura y su capacidad de trascender, a pesar de las nuevas formas de consumo en la sociedad contemporánea. El artista habló de su trayectoria, y compartió anécdotas y reflexiones que permiten conectarlo con los procesos culturales e históricos de Cuba, así como determinar los elementos de sus circunstancias que enriquecen su trayectoria. Según compartió con los presentes, siente una deuda con algunas personas que se cruzaron en su camino y en su búsqueda de un sello artístico propio.

 

 

 

 

Así recordó al escultor Florencio Gelabert, quien le impartió clases de Geometría mientras estudiaba en una escuela anexa a la Academia San Alejandro. En este período de su juventud apenas tenía tiempo de estudiar a tiempo completo en una escuela de arte ya que necesitaba trabajar, asistía a algunas clases pues entonces pretendía adquirir algunas técnicas y, sobre todo, como él mismo declaró, probarse a sí mismo que valía para el oficio de artista. También habló de Carmelo González, de Lesbia Vent Dumois, de Ángel Acosta León, creadores con quien compartió en talleres de grabado y cerámica. Además, expresó su fascinación por Wilfredo Lam, y su regocijo de haberlo conocido y de haber estado cerca de quien admiró profundamente.

 

 

 

Sosabravo dice que siempre su intención fue ser pintor. Las otras manifestaciones que ha desarrollado han llegado a él de forma circunstancial. Sin embargo, no es difícil adivinar que su propósito permanente, aún hoy con 91 años cumplidos, es crear y conseguir una expresión auténtica, independientemente de los formatos. Por eso la variedad de técnicas que emplea siempre aparecen interrelacionadas, y su aprendizaje artístico se expande en todo lo que entrega.