Confieren al intelectual cubano Miguel Barnet condición de Doctor Honoris Causa

17 de febrero de 2022

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Francisco Delgado

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Cuba, Cultura, Eusebio Leal Spengler, Honoris Causa, Miguel Barnet, Oficina del Historiador de La Habana, Universidad de La Habana

 

 

El poeta, narrador, ensayista y etnólogo cubano, Miguel Barnet, ha sido distinguido con la condición de Doctor Honoris Causa de la Universidad de La Habana. Esta casa de altos estudios, con sede en el Vedado habanero, de elegante arquitectura y poseída por una larga fila de escalones y el abrazo del Alma Mater, fue fundada por los frailes dominicos del convento de San Juan de Letrán en 1728, siendo la primera Universidad de Cuba, nombrada como la Real y Pontificia Universidad de San Gerónimo de La Habana.

En el Aula Magna de este emblemático recinto universitario, donde su primer Rector, el fray Tomás Linares del Castillo, inaugurara las primerísimas facultades –Artes y Filosofía, Teología, Cánones, Leyes y Medicina, el Doctor en Ciencias Históricas–, Miguel Barnet volvió a los orígenes evocadores del arte para reencontrarse con su prosa metafórica en esos infinitos deseos de ser y pensar.

 

 

Un poeta que se define como una mezcla de halcón y jicotea, donde se puede lo mismo avizorar el futuro que recopilar el humus terrenal, a merced de una necesaria simbología cultural que explora los designios del universo y el conocimiento.

Influido por Fernando Ortiz, Argeliers León y Lydia Cabrera, el destacado etnólogo escribió una biografía, a modo de novela testimonio, que terminó siendo una de las más influyentes en Hispanoamérica y el Caribe en el siglo XX con decenas de ediciones.

Fue Cimarrón una obra particular de las letras cubanas que, según el propio Alejo Carpentier y otros críticos de la época contemporánea, se canonizó como una manera sui generis de interpretar a lo cubano, y también aquel distintivo concepto de la antropología, definido por la transculturación en virtud de indagar en las sospechas de la cultura cubana.

 

 

La Rectora de la Universidad de La Habana, Dra. Miriam Nicado, elogió en sus palabras la extensa obra del poeta y ensayista cubano, donde se destacan sus contribuciones al estudio de la cultura cubana, el pensamiento crítico y la descolonialidad de lo cubano. Este último en franco gesto de investigación y preservación ante nuestras raíces étnicas.

Nicado, también reconoció los valores éticos y filosóficos del artista, sus grados académicos de Master y de Doctor en Ciencias, además de su destacada labor al frente de la UNEAC y como miembro de número de la Academia Cubana de la Lengua, junto a los premios conferidos y sus prolíferas publicaciones. En ello, detalló su actitud formativa y educativa, no solo como artista y ser humano, sino como revolucionario.

 

 

Por su parte, el Vice-Rector y Decano de la Facultad de Artes y Letras de la Casa de Altos Estudios de la Universidad de La Habana, Dr. José Antonio Baujín, dijo: “La obra de Miguel Barnet como la de todo gran ideador en el sentido martiano, es la historia de un tema y sus aleaciones. Desde la publicación De la piedra fina y el pavo real, en el año 1963, hasta los textos más recientes. Desde las transfiguraciones del etnólogo, el creador y orientador de políticas culturales, hasta en de la figura del poeta o el narrador, se evidencia la praxis intelectual de uno de los cánones de la literatura cubana contemporánea, que exhibe impúdicamente las galas de una extraordinaria coherencia ideológica. Una unidad feliz de pensamiento y acción que construye el camino propio y termina acertando en la configuración de una voz personalizada desde sus años iniciáticos en los andares literarios”.

El reconocido intelectual cubano Miguel Barnet, quien es además el Presidente de Honor de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, agradeció a la Rectora de la Universidad de La Habana y al resto del Consejo Universitario por sus palabras al recibir la condición de Doctor Honoris Causa, una de las más altas distinciones en el camino de la investigación y las letras.

Al respecto comentó Barnet: “Este nuevo honor me compromete a continuar explorando la fronda etnográfica de la isla. Aunque en ello me obligue a poner a un lado el peso de los años, pero nunca el de la poesía, que suele ser ingrávido y exultante”.

 

 

“Lo recibo además con la humildad de un aprendiz que ha recorrido la brecha que abrieron otros muchos con su obra y su conducta”, enfatizó Barnet, en sus palabras de agradecimiento de lo que fue un viaje a sus orígenes poéticos.

Asimismo, el etnólogo y narrador significó en su prosa académica, la eterna gratitud en el ejercicio del pensamiento al pionero de la antropología social en Cuba, y señalo: “Él nos mostró tal y como somos. Para ello esgrimió una óptica cóncava que nos permitiera acercarnos a la más profunda esencia de la cubanía. Fue Don Fernando Ortiz en 1955, quien recibió la distinción de Honoris Causa en esta misma aula tan venerada por los cubanos”.

A continuación acotó: “No hay un camino hacia la literatura, hay que nacer en ella. Luego el tiempo como arcilla moldeable la va erigiendo hasta convertirla en un doble que nos acompaña en la vida”.

Por otra parte, recordó a su amigo entrañable, el Historiador de la Ciudad de La Habana, Dr. Eusebio Leal Spengler, cuando ambos recibieron el mismo día el título de Doctor en Ciencias Históricas. En ese instante, Leal le decía: “Comienzas hablando tú, para eso eres el poeta. De momento, confiesa, Barnet, me sentí aterrado y quedé perplejo con tal afirmación. Fue gracias a mi petición al entonces Rector Dr. Juan Vela que resolví aquel conflicto de leer primero”, recordó el intelectual cubano.

Más adelante Barnet refirió: “Recuerdo que fui complacido con la petición. Pues jamás entendí que podría cerrar un acto tan importante de mi vida, sin considerar la rica y elocuente oratoria de Eusebio, contra la que nadie podía emular. Así fue, Eusebio con su generosidad accedió, y con ello evitó que yo después de sus palabras enmudeciera esa mañana. La vida siempre nos unió, y este título que con sobrada razón recibió antes que yo, vuelve a enlazar nuestros destinos”, destacó con prudencia y emoción el escritor cubano.

Miguel Barnet terminó sobrecogiendo en su narrativa poética, al estilo casi que testimonial, el mayor orgullo de su vida: “La mayor felicidad que conozco es el trabajo. El trabajo es creación y acicate. Solo él da frutos, solo él ennoblece. Es milagroso el trabajo, escribió el Apóstol”, y concluyó su intervención como mejor sabe hacerlo, aprovechando su propio canto a la poesía.

 

 

Esa manera peculiar de recrear el imaginario de la realidad y la vida como tanto disfruta crear y pensar en su propio título El poeta en la isla.

Asistieron a la ceremonia solemne de la entrega del título de Honoris Causa, el Presidente de la UNEAC, Luis Morlote Rivas, el Presidente de Casa de las Américas, Abel Prieto Jiménez, la Directora de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, Perla Rosales y la Directora de Comunicación de la Oficina del Historiador y Vice-Presidenta de la UNEAC, Magda Resik, entre otras personalidades e intelectuales cubanos.