Meteorólogos y maestros

22 de diciembre de 2021

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Luis Enrique Ramos

 

 

Este 22 de diciembre arriba a su aniversario 60 el histórico acontecimiento que motiva la efeméride del Día del Educador.

En una fecha igual, en 1961, culminó de manera oficial la última etapa de la Campaña de Alfabetización, con la cual se logró erradicar, de una vez y por todas, el analfabetismo que lastraba a la República, heredado a su vez de la antigua Colonia.

Tomando ese motivo, queremos dedicar esta nota de homenaje a dos profesores que imparten clases en la educación superior de Cuba; sus nombres son Lourdes Álvarez Escudero y Juan Ayón Alfonso, quienes cumplen deberes docentes en el Instituto Superior de Tecnología y Ciencias Aplicadas (Instec), de la Universidad de La Habana.

Actualmente, imparten clases en la carrera de Meteorología, que tiene como sede al mencionado Instituto. Pero lo más interesante para nosotros, es que ambos son meteorólogos de profesión y han dedicado la mayor parte de sus carreras científicas a esta disciplina. En adición a estas tareas, investigativas, operativas y administrativas como han venido cumpliendo, imparten ahora la docencia directa en el Instec.

 

 

Coincidentemente, la doctora Lourdes Álvarez y el ingeniero Ayón —así los reconocen sus compañeros y amigos— acaban de recibir el 6 de diciembre de 2021 el Premio Nacional de Meteorología, por la Obra de la Vida, con los cuales estos dos colegas, reciben ahora el mencionado galardón y el homenaje por el Día del Educador.

La profesora Lourdes se ha desatacado en temas de investigación vinculados con las tormentas eléctricas y el pronóstico de nieblas, entre otros; en tanto el ingeniero Ayón es meteorólogo aeronáutico y ha ocupado responsabilidades de dirección en el Instituto de Aeronáutica Civil de Cuba.

Más allá del ámbito laboral, cada uno de ellos, meteorólogos y profesores, honran con ejemplaridad sus deberes para con sus respetivas familias, a las que responden y sostienen con los principios y el amor que le profesan Lourdes a su esposo, Israel Borrajero; y Ayón a Silvia Gűemes, su compañera de muchos años.

Para todos ellos nuestra felicitación, doblemente merecida; vale por el Premio Nacional de Meteorología, y por el Día del Educador.