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Las especias, halago al paladar

11 de noviembre de 2021

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especias

 

El  hombre primitivo se alimentaba con productos naturales que ingería sin transformarlos. El fuego le permitió una primera aproximación a nuevas maneras de suministrarse alimentos con mejor sabor, y con el tiempo, fue descubriendo otras posibilidades a partir del aprovechamiento de ingredientes como la sal, que además de sazonar, le daba durabilidad a los alimentos perecederos. Lentamente, fue experimentado con las ofertas del mundo vegetal y así surgieron, una tras otra, las especias, un conjunto de sustancias que sin ser alimentos en sí mismos, aportaban una mejoría sustancial al gusto y a la elaboración de las comidas. En ese preciso momento ya la alimentación no era solo una necesidad vital, era, además, motivo de placer, mecanismo de refinamiento y desarrollo intelectual de la humanidad.

Las especias han tenido una connotación importante en el transcurso de los siglos. A partir de sus propiedades singulares y estimulantes, les han sido conferidas atributos de todo tipo: curativos, mágicos, afrodisíacos, moneda de cambio, perfumadores, ambientadores y otros. Fue la civilización romana la que potenció su carácter culinario, que a la larga sería su papel fundamental.

Las especias —principalmente las de origen asiático— provocaron guerras, facilitaron la acumulación de riquezas y prosperidad a personas y estados que las monopolizaban, establecieron altos rangos sociales a quienes las utilizaban o motivaron aventuras extraordinarias como los viajes de conquista.

Cuando las especias irrumpieron masivamente en el mundo de la cocina y el fogón, se enervaron las pasiones y, de la insipidez gastronómica, se pasó al deleite. Rara vez aportan valores nutricionales significativos y no es precisamente lo que se busca de ellas, pues están destinadas al halago del sabor. Hoy son muchas las especias conocidas, pero el principal rol de leyenda lo cargó la pimienta, que representó y fue ella misma, motivo de resonantes páginas de la historia. Se ha convertido en un hecho común la utilización de pimienta, comino, clavo de olor, laurel, perejil, nuez moscada, canela, jengibre, menta, anís y muchas otras especias. Ellas ayudan a mejoran el sabor de los alimentos y benefician una digestión adecuada, sin olvidar, que los excesos son perjudiciales y utilizadas fuera de control, pueden ser incluso contraproducentes a la salud humana.

Son además, productos muy nobles que exigen condiciones mínimas para su almacenamiento doméstico. Solo se requiere que el ambiente sea seco, fresco, hermético y oscuro, para que conserven sus propiedades durante un tiempo más o menos largo.

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