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José Fernández de Madrid

25 de octubre de 2021

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He aquí un personaje casi del todo olvidado: el médico colombiano José Fernández de Madrid, cuyo paso por la ciudad de San Cristóbal de La Habana dejó huellas en el contexto político y social del siglo XIX.

Fernández de Madrid provenía de una familia rica y nació en Colombia en 1789, o sea, el año de la Revolución Francesa. Se graduó de médico antes de cumplir 20 años y ejerció su profesión en la ciudad de Cartagena de Indias. Pero tan pronto se iniciaron las luchas por la independencia en su patria se incorporó a ellas. Llegó  a ocupar en 1816 el cargo de presidente de las Provincias Unidas de Cundinamarca, aunque perseguido y apresado por los españoles, se le desterró prontamente.

Durante su estancia en La Habana, las autoridades le permitieron ejercer la Medicina, llegando a ser muy conocido. Aquí hizo amistad con el patriota argentino José Antonio Miralla, también de cepa independentista. Tanto uno como el otro, ambos desterrados, confluyeron en sus empeños de libertad, amén de en los literarios, pues eran contemporáneos y con notables afinidades políticas.

El doctor Fernández de Madrid fue un médico que atendió por igual a ricos y a pobres durante las epidemias de fiebre amarilla que eran azote frecuente en la Isla. Profesional interesado en la investigación, publicó sus observaciones sobre la disentería en los barracones de esclavos. Durante los momentos de reposo en el hogar, escribía poesía, dramas y otros textos, pues sus intereses de conocimiento eran muy vastos.

También fue en Cuba donde se hicieron patentes los síntomas iniciales de la tuberculosis que lo afectó, forzándolo a trasladarse para el poblado de Bejucal, donde Pepe, como lo nombraban sus amigos,  esperaba recuperar la salud y volver a sus actividades plenamente.

Junto a su amigo José Antonio Miralla, fundó el periódico El Argos, en cuyas páginas se insertaron comentarios sobre la situación política en Europa y en América, y se expresaron criterios en favor de los movimientos liberales en la Península Española, como ejemplo de la corriente de librepensamiento que entonces corría tanto por Europa como por el Nuevo Mundo.

En Cuba casó y nacieron sus hijos, pero el clima político no era favorable y el periódico fue clausurado en 1821, al cabo de editarse algo más de  30 números. Fernández de Madrid regresó a su patria, pues se consideraba comprometido con cuanto en ella ocurría. Murió en Londres el 28 de junio de 1830.

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